Para más información: https://porcinews.com/abc/abc-bienestar-porcino/
Un enfoque integral para el bienestar animal y la productividad porcina.
El estrés en cerdos se define como una respuesta fisiológica y conductual frente a estímulos percibidos como amenazantes o desafiantes, que alteran la homeostasis del animal. Esta condición puede ser aguda, de carácter temporal y adaptativo, o crónica, cuando los estresores se mantienen en el tiempo y afectan negativamente la salud, el bienestar y la productividad.
Los principales estresores se clasifican en:
» Ambientales: hacinamiento, falta de ventilación, acumulación de gases, temperaturas extremas y ruidos de alta intensidad.
» Sociales: mezclas de animales, formación de jerarquías y agresiones entre individuos.
» Manejo: vacunaciones, transporte, traslados, cambios de alojamiento, ingreso de personal no capacitado y deficiencias en la infraestructura.
» Reproductivos: el estrés en hembras gestantes puede afectar la implantación embrionaria y la calidad de los lechones; en machos, reduce la receptividad y la fertilidad.
» Genéticos: predisposiciones como el síndrome del gen de la rianodina, que puede derivar en carnes PSE y problemas musculares.
El estrés sostenido puede generar:
» Disminución de la inmunidad.
» Problemas reproductivos.
» Reducción del crecimiento.
» Alteraciones de comportamiento, como caudofagia.
» Pérdida en la calidad de la carne.
Estudios recientes demuestran que el estrés por calor durante la gestación puede afectar a los fetos, impactando el consumo de alimento, la conversión y el crecimiento posterior al nacimiento.
Entre las prácticas destacadas para reducir los efectos del estrés se encuentran:
» Mejoras ambientales: control de la ventilación, reducción de gases como amoníaco y provisión de sombra.
» Manejo adecuado: capacitación de operarios en bienestar animal, reducción del uso de gritos y golpes, y diseños de infraestructura que faciliten el movimiento de los animales.
» Nutrición: inclusión de aditivos para prevenir el estrés oxidativo y favorecer la función inmune.
» Enriquecimiento ambiental: utilización de objetos manipulables y programas planificados que reduzcan conductas agresivas.
» Tecnología: incorporación de herramientas de inteligencia artificial para monitorear el comportamiento, detectar vocalizaciones y analizar datos ambientales en tiempo real.
El manejo integral del estrés en cerdos requiere una combinación de buenas prácticas en ambiente, manejo, nutrición y uso de tecnologías de precisión. La capacitación del personal y la implementación de programas preventivos son claves para garantizar la productividad y el bienestar animal.
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