Las piezas urogenitales obtenidas en el rastro o planta de beneficio, permiten no solo el entrenamiento de las practicas que a diario son aplicadas en una granja de cría como lo es la inseminación artificial, al poder comparar la profundidad de entrada de los catéteres y el lugar exacto en el cual se deposita el semen diluido, así como la difusión de productos para tratamientos uterinos, tomas de muestras y ecografías reproductivas.
En algunas ocasiones las patologías que se presentan en las granjas son subclínicas y por tal motivo no se llega a conocer la incidencia real del problema en la explotación porcina o en un grupo de piaras, de tal manera que se recomienda evaluaciones periódicas, en especial de las cerdas eliminadas, como complemento a los datos productivos de la explotación.
Estas evaluaciones permiten:
Elaborar las estrategias de control de las patologías, para posteriormente evaluar su eficacia.
Evaluar periódicamente la patología reproductiva de una explotación y seguir la evolución de las lesiones en el tiempo.
Controlar el estado sanitario de las granjas de selección y multiplicación.
Siempre existen animales con patologías reproductivas en todas las granjas, sin embargo, el problema se agudiza en la explotación cuando aumenta el número de casos clínicos, y aunque a veces pueden pasar desapercibidos, el encargado de la explotación es el que suele detectar si hay un aumento de la signología de dichas patologías.
Estas anotaciones en los registros, no dejan de ser simples observaciones hasta que el Médico Veterinario realiza el análisis e interpretación de estos datos, complementando el diagnóstico con base en las revisiones clínicas, el análisis de los resultados del laboratorio y lo evidenciado en las necropsias.
El veterinario de la explotación debe elegir un lote representativo de cerdas con el mismo fallo reproductivo en cada una de las fases afectadas de la producción, de esa manera los resultados obtenidos, se pueden aplicar a las otras cerdas de la explotación que presenten la misma sintomatología.
Todo lo anterior se debe evaluar acompañado de los registros reproductivos individuales (hojas de vida) de las cerdas problema, y confrontarlos con los desempeños productivos de la explotación.
En lo posible se recomienda que el Médico Veterinario de la explotación tenga acceso de las piezas anatómicas directamente de la cadena de sacrificio, en el momento de la evisceración de la cerda, teniendo en cuenta que el operario de la planta debe cortar el aparato genital completo incluyendo la vulva, acompañado de la vejiga y los riñones.
La muestra debe ser perfectamente identificada con el número de la cerda sacrificada. Las bolsas con las muestras se colocan para su conservación en una nevera isotérmica portátil, con bloques de hielo que soporten el trayecto hasta la granja.
Cada genital, debe ser sometido a un examen minucioso de sus características macroscópicas externas, tanto en su cara dorsal como en su cara ventral.
Se deben tomar muestras del contenido uterino para el estudio microbiológico e introducirse en medio de transporte para enviar al laboratorio, este estudio se encamina a la identificación y cuantificación de microorganismos patógenos, análisis de sensibilidad a diversos antibióticos de las cepas aisladas y la recomendación de pauta terapéutica para otros animales afectados. Es muy importante realizar un antibiograma para programar un tratamiento efectivo con antibióticos.
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