La agresividad en los cerdos es un comportamiento natural que se produce cuando se mezclan animales desconocidos para establecer la jerarquía. Las agresiones son desde amenazas o encuentros agresivos sin contacto, hasta agresiones con contacto que pueden provocar heridas.
La agresividad en los cerdos es un comportamiento natural que se produce cuando se mezclan animales desconocidos para establecer la jerarquía. Las agresiones son desde amenazas o encuentros agresivos sin contacto, hasta agresiones con contacto que pueden provocar heridas.
Los cerdos son animales gregarios y su estructura social está basada en la relación de dominancia/subordinación para establecer la jerarquía. La razón de esta organización social es establecer un orden para acceder a los recursos cuando éstos son limitados.
La formación de la jerarquía se basa en la relación de dominancia/subordinación y ocurre tras la mezcla de animales desconocidos, y a lo largo de las 24-48 horas siguientes. Los cerdos utilizan las agresiones para establecer la mentada relación.
En un grupo de cerdos, una vez establecida la jerarquía, las agresiones disminuyen drásticamente. Sin embargo, cuando el grupo cambia, la jerarquía se rompe y es necesario restablecer la relación de dominancia/subordinación.
La mezcla de cerdos es una de las situaciones más comunes en las que la jerarquía se rompe y provoca el aumento de agresiones.
Factores implicados en la agresividad de los cerdos
En un grupo de cerdos, el grado de agresividad viene determinado por:
1. Agresividad individual y temperamento: El temperamento consiste en las diferencias individuales en el comportamiento, que son estables en diferentes situaciones y a lo largo del tiempo.
Los animales más temperamentales son más propensos a ser agresivos. La agresividad es hereditaria y existen algunos genes (NR3C1 y AVPR1B) que han sido asociados a la agresividad.
2. Peso corporal: Influye en la percepción de un individuo sobre sus posibilidades de ganar una pelea. Así pues, los animales más pesados se sienten más seguros de sí mismos y participarán más a menudo en peleas. Además, la intensidad de las agresiones es mayor cuando los animales tienen pesos parecidos.
3. Género: El comportamiento agresivo está mediado por factores endocrinos asociados al género, lo que hace que los machos sean generalmente más agresivos que las hembras.
Las altas densidades permiten interacciones sociales entre compañeros, tanto positivas como negativas, de manera que el número total de agresiones puede aumentar. Por ejemplo, algunos estudios demuestran que reduciendo la densidad al 50 por ciento, las agresiones disminuyen a un tercio los valores iniciales.
Al mismo tiempo, la disponibilidad de espacio es también determinante; áreas más grandes pueden ayudar a los animales agredidos a huir del agresor, y reducen el número de agresiones negativas.
Las agresiones son muy estresantes para los cerdos, especialmente durante las peleas donde hay una gran movilización de reservas de energía. El estrés inducido por las agresiones provoca inmunosupresión, lo que reduce la capacidad del animal para protegerse contra los agentes infecciosos amenazantes y aumenta el riesgo de enfermarse.
El destete es uno de los momentos más estresantes de la vida de un cerdo, sobre todo por las agresiones producidas durante la mezcla de lechones desconocidos. Existe una asociación entre la reducción de la inmunocompetencia en el destete con un aumento de las enfermedades gastrointestinales tales como la diarrea.
cerdas gestantes alojadas en grupo y provocadas durante las agresiones en el momento de las comidas. Además del dolor, las heridas y lesiones son una amenaza para la salud del animal, ya que pueden infectarse y provocar enfermedades tales como la septicemia y, eventualmente, la muerte.
En cerdas gestantes alojadas en grupo, las agresiones que se producen durante el primer mes de gestación han sido asociadas con abortos. Esta es la razón por la cual, en algunas normativas sobre bienestar (p.e. Directiva 2008/120/EC del Consejo Europeo), las cerdas gestantes pueden alojarse en jaulas durante cuatro semanas después de la inseminación. Sin embargo, después de este periodo, no hay ninguna evidencia que demuestre que las agresiones entre cerdas influyan en el rendimiento reproductivo.
Estrategias para prevenir las agresiones en los cerdos
Las agresiones al destete pueden prevenirse si los lechones se socializan durante la lactación. La socialización temprana durante las dos primeras semanas después del nacimiento mejora las habilidades sociales de los lechones y reduce las interacciones agresivas en futuras mezclas.
En cerdas gestantes alojadas en grupo, las agresiones pueden prevenirse minimizando los cambios en la estructura social del grupo. Sin embargo, esto no siempre puede lograrse ya que las repeticiones del celo pueden provocar cambios en los grupos de cerdas. Además, algunas granjas utilizan cerdas alojadas en grupos dinámicos, donde los flujos de entrada y salida de cerdas en el grupo es constante.
Las cerdas gestantes normalmente están restringidas, lo que acentúa este problema. Hay evidencias que demuestran que dar alimento ad libitum durante la mezcla de animales reduce las lesiones graves en de la piel, lo que indica que se producen agresiones menos intensas.
Existen otras estrategias que se pueden aplicar a lo largo de todas las fases de la producción porcina (p.e. cría de lechones, cerdos de engorde y cerdas gestantes). Por ejemplo, el diseño del corral puede facilitar que los cerdos agredidos se escondan o escapen del agresor. Ejemplos de esta estrategia sería la presencia de barreras en el corral, o la presencia de suelos en niveles diferentes.
En momentos de máxima agresividad, también se puede proporcionar material de cama fresco (p.e. paja). Sin embargo, aunque su eficacia ha sido demostrada en algunas circunstancias, no ha tenido éxito para prevenir las agresiones a largo plazo.
Referencias
a). Erhard HW, Mendl M & Ashley DD, 1997. Individual aggressiveness of pigs can be measured and used to reduce aggression after mixing. Applied Animal Behaviour Science, 54, 137-151.Referencias
b). Camerlink I, Turner SP, Bijma P & Bolhuis JE, 2013. Indirect genetic effects and housing conditions in relation to aggressive behaviour in pigs. PloS one, 8, e65136.
c). Turner SP, Roehe R, D’Eath RB, Ison S., Farish M, Jack MC, Lundeheim N, Rydhmer L & Lawrence AB, 2009. Genetic validation of postmixing skin injuries in pigs as an indicator of aggressiveness and the relationship with injuries under more stable social conditions. Journal of Animal Science, 87, 3076-3082.
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