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No todas las rocas son iguales, ni tampoco todas las algas lo son. El esqueleto calcáreo de la alga roja Lithothamnium (del griego “litho” que es roca y “thamnion” que es pequeño árbol) calcareum es una fuente de calcio, magnesio y otros minerales traza, con efectos muy interesante en porcino.
Esta alga marina fija los nutrientes que hay en el medio, de manera que su composición será variable según el mar y sus características, así como la presencia de sílice (tierra) y otras impurezas según el área de obtención.
En Islandia, de donde proviene el ACID BUF®, es donde más limpia y pura se puede obtener esta alga. Es en este entorno donde obtenemos niveles de magnesio (carbonato de magnesio) más elevados y el calcio está más biodisponible por la estructura porosa en forma de panal de abeja (estructura tridimensional de calcita, vaterita y aragonita) del alga. Las aguas frías del ártico propician la formación de esta estructura, así como la formación de polisacáridos específicos y únicos (fracción orgánica) solo presentes en el ACID BUF®.
CALCIO – UN MINERAL ESENCIAL PARA LA SALUD DEL CERDO
El calcio soluble ionizado que aporta el ACID BUF® (el 30-35% de su composición mineral es Ca) es importante para la integridad de las mucosas digestivas, manteniendo cerradas las uniones intercelulares y evitando así la entrada de toxinas y bacterias en sangre. Reducirá, por tanto, las úlceras y el síndrome hemorrágico intestinal, incluso tendrá efectos regenerativos sobre la mucosa.
Otra de las funciones del calcio, además de la estructuración ósea, es mantener la función nerviosa y muscular y ser mediador del sistema inmune, modulando los niveles del controlador genético NFkB así como de TNFα y IL-1β, proteínas de la fiebre y el dolor.
¿CUÁL ES EL PAPEL DEL CALCIO EN LA RESPUESTA INMUNITARIA?
El calcio es el segundo mensajero en la respuesta inmunitaria, además de ser importante para muchas proteínas relacionadas con la inmunidad. De hecho, la producción de anticuerpos (inmunoglobulinas) y péptidos antibacterianos depende del calcio biodisponible.
Por otro lado, el calcio actúa de mensajero intracelular (calcio iónico), de cofactor proteínico (activación de enzimas) y es determinante para muchas proteínas con las que se liga (calbindina, troponina, caldesmón, calmodulina, fosfolipasa A, proteinquinasa C, calsecuestrinas, etc.).
Los anticuerpos, cuya formación se activa al liberarse el calcio del retículo endoplasmático de los linfocitos, son un tipo de glucoproteínas, es decir, una muestra más de las múltiples formas que puede tomar una proteína.
Y de aquí su nombre, del griego “proteios”, que significa primario y que hace alusión al dios Proteo, por la cantidad de formas que pueden adoptar. Proteo fue en la mitología griega un dios del mar, hijo de Poseidón, que podía predecir el futuro aunque cambiaba de forma para evitar tener que hacerlo y que nadie le cogiera.
De aquí proceden el sustantivo “proteo” y el adjetivo “proteico” que aluden a quien cambia frecuentemente de forma, de opiniones o de afectos. La denominación de proteína fue por tanto profética, ya que están dotadas de múltiples formas y funciones (como Proteo).
LAS VENTAJAS DEL MAGNESIO SOBRE EL METABOLISMO
Siguiendo con el mar y con los dioses griegos, tenemos el segundo mineral en importancia en el ACID BUF®, el magnesio (Mg).
Debe su nombre a Magnesia, región de Tesalia en Grecia donde se encuentra el Monte Otris y de donde proviene la piedra magnesia (Magnitis lithos) que usó Rea en la mitología griega para engañar a Cronos y hacer pasar esa piedra (“Ónfalos”) por su hijo Zeus. Gracias a Magnesia, Zeus llegó a ser el gran dios del Olimpo. Además de al magnesio, la región de Magnesia ha dado nombre al manganeso y a la piedra magnesia que es el magneto (magnetita), y fue la tierra de Magnes, hijo de Zeus, y de los magnetes Jasón (el de los argonautas), Peleo y su hijo Aquiles (el de la guerra de Troya con cuerpo invulnerable salvo su talón).
El ACID BUF® tiene más de un 5,5% de magnesio en forma de carbonato de magnesio, y hasta un 10% en el ACID BUF-10® enriquecido con magnesio marino del agua de mar.
El magnesio está disuelto en las sales marinas en forma de sulfato de magnesio y cloruro de magnesio, pero mediante un proceso de reacción con hidróxido de calcio y con una doble calcinación, se pueden precipitar estas sales marinas y separar el magnesio para estabilizarlo en forma de óxido de magnesio, pero de origen marino y totalmente soluble a cualquier pH.
Sería un magnesio marino (“Marine MgO”) que puede acompañar a las algas marinas calizas de Islandia para obtener una sinergia de efectos en el metabolismo del calcio (donde interviene el magnesio) además de los efectos propios del Mg como tranquilizante y antiestrés, así como antioxidante y mejorador de la calidad de la carne.
LA ÚLCERA GASTROESOFÁGICA PORCINA
La úlcera gastroesofágica porcina es una enfermedad descrita por primera vez en el siglo XIX que, desde la intensificación de la porcicultura, ha aumentado notablemente su incidencia en poblaciones de cerdos. Se caracteriza por la erosión y ulceración de la mucosa del estómago en la zona de la pars esophagea. En los primeros estadios de la enfermedad, esta área se vuelve áspera y cambia gradualmente a medida que la superficie se erosiona hasta que se ulcera.
Puede dar lugar a hemorragias intermitentes que terminan en anemia o hemorragia masiva que acaba produciendo la muerte.
CAUSAS DE LA PATOLOGÍA
Se han descrito múltiples causas relacionadas con las úlceras gastroesofágicas, algunas de ellas intrínsecas de nuestros modelos de producción: nutrición, alojamiento, etc. En general, la patogénesis de las úlceras gástricas implica un desequilibrio entre factores agresivos y defensivos (Friendship, 2006).
La región proximal del estómago tiende a mantener un pH neutro mientras que el contenido de las regiones distales está sometido al ataque del acido clorhídrico y de las enzimas digestivas.
Cualquier factor que rompa el equilibrio entre la neutralidad de la región proximal y la secreción ácida y enzimática de la región distal es un riesgo para el desarrollo de ulceración en la pars esophagea.
PREVALENCIA Y CASUÍSTICA DE LA ÚLCERA GASTROESOFÁGICA PORCINA
Las úlceras gastroesofágicas porcinas son un problema que afecta la salud y el bienestar de nuestros cerdos, así como al bolsillo de los productores. Además de las bajas ocurridas, genera pérdidas económicas sustanciales debido a los casos subclínicos de hemorragias y a la desescamación del epitelio estomacal en distinto grado, así como síndromes asociados de anemia y/o anorexia, que se traducen en pérdida de peso.
Debido a la falta de evidencia de su sintomatología, la prevalencia de esta enfermedad es poco conocida.
Recientes estudios realizados en distintos países, examinando lesiones de úlcera gastroesofágica en matadero, reportaron prevalencias del 32% en un estudio donde se examinaron más de 20.000 cerdos de un matadero de Brasil, 6% de úlceras severas en un estudio realizado en un matadero de Reino Unido donde analizaron 9.000 cerdos, y un 11% de muestras con úlceras en un estudio realizado en Dinamarca con 1.000 cerdos (de Olivera et al., 2010).
En un estudio desarrollado en España por ADIAL NUTRICIÓN S.L., en colaboración con una integradora con problemas de bajas asociadas a esta problemática, se observó en un análisis preliminar en matadero una prevalencia de lesiones estomacales (desde ligeras desescamaciones hasta abscesos severos) de un 82%. Esto nos lleva a concluir que los casos subclínicos sin diagnosticar en España son elevados y eso supone un enorme potencial de mejora en cuanto a integridad de los tejidos del aparato digestivo.
LA ÚLCERA Y SUS EFECTOS SOBRE EL NERVIOSISMO Y LA CAUDOFAGIA
Existe una elevada relación entre el bienestar e integridad de las mucosas gástricas y el comportamiento animal.
Unas mucosas degradadas o en mal estado generan una situación de falta de confort que incrementa el estrés, propiciando un comportamiento anormal, reproduciendo estereotipias y en general mostrando una actividad nerviosa que puede ir desde un mayor movimiento dentro de la cuadra, incrementando visitas a comedero y bebedero, a una mayor interacción con compañeros que puede desencadenar en agresiones, mordeduras, etc.
En la Gráfica 2, se presenta la concentración de cortisol salivar horas antes y tras la ingesta de alimento de tres grupos de animales, a los que se administró:
Tratamiento CONTROL
Tratamiento ACID BUF®
Tratamiento Sulfato de Magnesio
La gráfica indica una menor concentración de cortisol salivar en aquellos animales tratados con ACID BUF® (Kate Plush, SARDI et. al., 2016).
Con estos datos podemos indicar que el uso de ACID BUF®, además de mejorar la integridad de las mucosas y tejidos del aparato digestivo, previene casos de estrés, estereotipias y otros comportamientos anómalos asociados a la producción intensiva.
