
Los dos métodos más utilizados en la actualidad para medir el nivel de grasa en las cerdas son la condición corporal (CC) y el espesor de grasa dorsal (EGD) medido in vivo mediante ultrasonidos. Condición Corporal en cerdas La técnica de condición corporal es una determinación subjetiva, visual y por palpación del estado de […]
Los dos métodos más utilizados en la actualidad para medir el nivel de grasa en las cerdas son la condición corporal (CC) y el espesor de grasa dorsal (EGD) medido in vivo mediante ultrasonidos.
La técnica de condición corporal es una determinación subjetiva, visual y por palpación del estado de carnes del animal, que se ha venido utilizando durante muchos años para ajustar el nivel de alimentación de las cerdas.
Se suele trabajar con un baremo que comprende valores entre 1 -cerda muy delgada- y el 5 -cerda obesa- y que puede tener escalas intermedias de medio punto, pero nunca inferiores.
Patrón de clasificación de las cerdas según la Condición Corporal
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Al tratarse de una clasificación subjetiva, debe efectuarse siempre por la misma persona.
La aplicación de ultrasonidos, también está extensamente difundida por tratarse de un método confiable, fácil de interpretar y práctico en condiciones de granja.
En el ganado porcino existe una estrecha relación entre el espesor de grasa dorsal medido por ultrasonidos y el estado de engrasamiento general del cuerpo; de forma que la determinación del EGD permite estimar el estado de reservas grasas del animal.
El EGD se puede medir en diferentes puntos; en general, el más utilizado y contrastado es el punto P2, situado a nivel de la última costilla, a 6.0-6.5 cm de la línea media.
Algunos de estos equipos permiten medir en el P2 la profundidad del lomo L2, considerada como un indicador de las reservas magras del cerdo.
La técnica de condición corporal ha sido el sistema de valoración de reservas grasas más utilizado hasta el momento, por tratarse de un método rápido y fácil de realizarse en granja.
Sin embargo, algunos estudios recientes indican que en las nuevas líneas genéticas más magras, su correlación con EGD es menor y, por lo tanto, pueden resultar menos efectivos para predecir las reservas grasas de las hembras.
La razón aducida es que los animales con una mayor deposición de tejido magro tienen una mejor conformación, lo que puede llevar a confusiones entre el nivel de engrasamiento y la conformación grasa.
Este hecho es especialmente importante en el caso de las calificaciones intermedias y mayoritarias en granja (CC 3 y 4), donde las reservas grasas son más fáciles de confundir con la conformación magra del animal.
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