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En la fase de transición los animales se enfrentan al mayor desafío de su existencia, ya que cambian de alimentación líquida a sólida y del lugar seguro junto a su madre a otro con compañeros distintos. Su temperatura crítica varía, haciéndolos muy susceptibles a los procesos de carácter digestivo, siendo E.coli la bacteria aislada con mayor frecuencia en estos procesos.
Los procesos entéricos en transición son una de las patologías más frecuentes a las que nos enfrentamos los veterinarios de producción. No solo nos causan pérdidas directas -debido a la mortalidad que producen- sino que también ocasionan un alto porcentaje de animales inviables en la fase de transición.
La colibacilosis es la enfermedad más frecuente en los procesos entéricos en la fase de transición. Es una enfermedad multifactorial, en la que los factores de riesgo -como la calidad de la ventilación, el pienso, la calidad del agua y el manejo- tienen una importancia crítica, no dependiendo únicamente de la presencia o ausencia de enfermedad, sino también de la gravedad de los síntomas y posteriores lesiones.
Gráfico 1. Edad de presentación de las principales enfermedades digestivas en los cerdos
El sistema digestivo es la mucosa que tiene mayor superficie para interactuar con el medio. Es un sistema en el cual entran muchos antígenos, y constituye una barrera física e inmunológica, adaptándose también a la absorción de nutrientes
El momento del destete es el mayor desafío al que se enfrentan los lechones al cambiar de una alimentación líquida rica en inmunoglobulinas a una seca.
El mayor elemento de desarrollo del intestino es la presencia de alimento en el lumen. Por ello, la anorexia de los primeros días postdestete da lugar a una atrofia de las vellosidades intestinales. Cuanto más intensa sea esta anorexia, mayor será la atrofia a nivel entérico. Por lo tanto, el intervalo de tiempo que los lechones tardan en comenzar a comer pienso es crítico para el desarrollo del tracto intestinal
Cualquier manejo que usemos para estimular el consumo de pienso de manera temprana producirá una mejora de salud intestinal
Gráfico 2. Intervalo de tiempo para el inicio del consumo de pienso por los lechones destetados
El manejo todo dentro todo fuera disminuye de manera notable la presión de infección sobre los animales y como consecuencia mejora la ganancia media diaria. La limpieza de los fosos nos aporta un valor añadido en la mejora de la salud global de los lechones.
La presión de infección sobre los animales disminuye con un manejo todo dentro todo fuera
Figura 1. Comparativa entre sistemas de producción “todo dentro todo fuera” y ciclos continuos
En animales jóvenes, la calidad fisicoquímica del agua (en cuanto a sales) es muy importante puesto que éstos se adaptan peor a la mala calidad del agua dando lugar a diarreas osmóticas. Para disminuir la incidencia de las patologías, no solo la calidad microbiológica del agua es un parámetro a controlar.
Para mantener constante la higiene del agua es fundamental el uso de sistemas automáticos, para dispensar el higienizante del agua y mantener registros semanales de las lecturas.
La mejora de la calidad fisicoquímica del agua es muy compleja, existiendo las siguientes soluciones:
Las elevadas cantidades de sales en el agua, generalmente sulfato de magnesio, pueden tener efectos laxantes. Además, una conductividad elevada o media por encima de los 1000 microsiemens/cm produce un mal pelaje y procesos de blandeo general, que altera la microbiota y puede dar lugar a procesos patológicos.
Las tuberías de distribución del agua de bebida, debido al uso de productos para rehidratar o al tratamiento con antibióticos, se encuentran con bacterias -biofilm- adheridas a sus paredes que son difíciles de limpiar constituyendo una fuente de contaminación.
Al igual que procedemos a la limpieza y desinfección de las salas de acogida de los lechones, también debemos usar sistemas para la higienización de los circuitos de distribución de agua.
Presencia de animales: Explotaciones que no se pueden vaciar por completo en transiciones, debido a que funcionan en ciclo continuo.
Tras tratamientos vía agua, con objeto de mantener unas conducciones limpias, utilizamos ácido peracético y peróxido de hidrógeno.
Ausencia de animales: Explotaciones en las que podemos realizar vacíos sanitarios completos entre transiciones.
Se recomienda el uso de hidróxido de potasio e hidróxido de sodio.
El hidróxido elegido para la higienización de circuitos de agua se introducirá en el depósito con un colorante alimentario como indicador de la distribución del producto por todo el circuito.
Después de 24h vaciamos el circuito y se procede a un enjuague muy minucioso, con agua limpia, de todo el sistema.
Las corrientes de aire y las fluctuaciones de temperatura son un factor de estrés para los lechones predisponiéndolos a la enfermedad. La temperatura de acogida es muy importante, ya que la temperatura crítica del lechón pasa de los 22ºC estando con su madre, a los 28ºC en ausencia de ella.
Lo más común es precalentar las salas y disponer de sistemas que mantengan la temperatura y la reduzcan unos 2ºC semanales. Uno de los errores más comunes es intentar subir la temperatura de las salas de los lechones reduciendo la ventilación mínima.
Como consecuencia de ello, se incrementa la humedad relativa -es fácil de ver en paredes y ventanas con la condensación del vapor de agua- produciéndose un incremento de la concentración de dióxido de carbono, que da lugar a una caída del consumo.
Las variaciones de temperatura también son un factor estresante de primer orden dando lugar a un incremento de las patologías digestivas sobre todo de procesos colibacilares.
Gráfico 3. Variaciones de temperatura en una nave sin sistemas de gestión de temperatura
La Tª de acogida tiene un papel fundamental en el desarrollo de patologías digestivas en la fase de transición
Análisis microbiológico y fisicoquímico del agua
Ya que nos puede dar idea de la contaminación de los circuitos o cambios en la calidad del agua que incida en la presentación de diarreas.
Análisis del pienso, micotoxinas
En ocasiones, piensos con altas cargas de micotoxinas dan lugar a rechazo de pienso y a una serie de síntomas clínicos inespecíficos que aumentan la susceptibilidad. Debemos verificar el consumo de pienso.
Control de las condiciones de temperatura y las posibles corrientes de aire
Las bajas temperaturas hacen que se incremente la susceptibilidad, ya que la humedad relativa alta es un indicador de los niveles de dióxido de carbono y por lo tanto de una mala ventilación.
Los tratamientos previos con antibióticos
Originan cambios en la microbiota que incrementan la incidencia de procesos entéricos severos.
Diarrea la primera semana postdestete -proceso que se suele iniciar entre los días 3 a 5 después del destete-
Presentación de muertes súbitas
La rápida pérdida de condición corporal y la destrucción que sufre el tracto intestinal, da lugar no solo a un incremento de la mortalidad sino también a un incremento de animales inviables en la fase de transición, que no pasarán a la siguiente fase productiva por falta de desarrollo
Los síntomas y las lesiones nos ayudarán a una aproximación diagnóstica, pero el diagnóstico diferencial debe sustentarse en el diagnóstico laboratorial.
Debemos tener en cuenta una serie de consideraciones a la hora del envío de muestras al laboratorio. Además, una mala toma de muestras puede ocasionar un diagnóstico laboratorial erróneo provocando una mala toma de decisiones.
La toma de muestras se realizará en animales que no hayan sido sometidos a una antibioterapia intensa. Asimismo, no se tomarán muestras de animales enfermos crónicos que puedan tener otras patologías concominantes.
El laboratorio diagnóstico nos informará del tipo de muestras y el modo de envío de las mismas. Además se recomienda solicitar una PCR de los factores de virulencia, para poder emplear medidas específicas (vacunas, tratamientos antibióticos).
Tabla 1. Diagnóstico de los factores de virulencia de muestras enviadas a laboratorio
Para limitar el sustrato de crecimiento de los colibacilos en el intestino, se recomienda someter a los animales a un periodo de ayuno de 24 horas.
Tratamiento inyectable en sábana con antibióticos que hayan demostrado actividad en esa pirámide. Debemos enviar muestras para la realización de un antibiograma al fin de establecer un correcto tratamiento posterior, ya que las multirresistencias son cada vez más comunes.
Tratamiento del agua con antibióticos -tipo colistina o multiterapia- para continuar con el tratamiento inyectable.
Como medida preventiva debemos acidificar el agua con ácidos orgánicos debido a su actividad antibacteriana además de que mejora la digestibilidad.
El uso del óxido de zinc en los procesos colibacilares que acontecen en la primera semana postdestete es muy poco eficaz, debido al bajo consumo de pienso que tienen los lechones en esta fase.
El control de todos los factores de riesgo en la presentación de la enfermedad, junto con las otras medidas de manejo, mejoran la incidencia y prevalencia de diarreas postdestete.
El uso de vacunas para el control de la enfermedad de los edemas, y de las diarreas colibacilares causadas por colibacilos con la fimbria F4, han demostrado un descenso de la mortalidad y una reducción del uso de antibióticos (Fuentes et al., 2004). Por lo tanto, las vacunas se presentan como una de las medidas de futuro a utilizar, sobre todo teniendo en cuenta las limitaciones que debemos establecer en el uso de antibióticos.
Las vacunas contra la enfermedad de los edemas son también muy eficaces en la reducción de la clínica y las bajas causadas por la verotoxina del E.Coli.
La colibacilosis postdestete es una enfermedad multifactorial, en la que los factores de riesgo tienen un peso muy importante para el desarrollo de la enfermedad. Por tanto es necesario siempre realizar un tratamiento integral de corrección de los factores de riesgo y tratamiento de la clínica de la enfermedad.
La multirresistencia a los antibióticos, nos obliga a sustituir éstos por el uso de vacunas, que se está mostrando como una medida profiláctica muy eficaz.
El diagnóstico debe efectuarse adecuadamente. Los avances en las técnicas de PCR de factores de virulencia nos facilitan el diagnóstico, permitiéndonos usar las distintas herramientas terapéuticas con las que contamos.
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