Importancia de un diagnóstico preciso de E. coli ETEC en granjas porcinas
Escherichia coli (E. coli) se considera como uno de los principales responsables de procesos entéricos que cursan con diarrea tanto en lechones como en cerdos adultos.
La utilización de antibióticos, principalmente administrados a través del pienso, ha contribuido a reducir tanto las patologías respiratorias como las digestivas.
Sin embargo, con la reducción progresiva de antibióticos, se han desenmascarado sintomatologías que estaban siendo controladas y, entre estas, se encuentra la diarrea postdestete.
Existen diferentes patotipos de E. coli y se considera importante tanto su determinación, como la de los factores de virulencia asociados (fimbrias, enterotoxinas) con el objetivo de llevar a cabo la medida que mejor se ajuste a cada caso.
La diarrea postdestete puede deberse a diversos patotipos, entre ellos a E. coli enterotoxigénico (ETEC). Los factores de virulencia que se asocian a ETEC son principalmente las fimbrias o adhesinas F4 (K88) y F18 (Fairbrother et al., 2005). Estas van asociadas a diversas enterotoxinas que pueden ser termolábiles (LT) y termoestables (STa, STb, EAST1).
Existe una variabilidad de patovirotipos en función de las fimbrias y/o adhesinas, las cuales se asocian a cada patotipo. A continuación, se muestran los resultados obtenidos en Bélgica, Holanda, Francia, Alemania e Italia.
Todos coinciden en que los patovirotipos más prevalentes son ETEC F4 y ETEC F18, aunque existe una variación en las enterotoxinas asociadas a los mismos.
En España, se ha llevado a cabo la determinación de los factores de virulencia asociados a E. coli enterotoxigénico entre los años 2015 y 2016 en un total de 215 granjas que mostraban diarrea postdestete.
En primer lugar, se realizó un cultivo bacteriológico general y selectivo a partir de las torundas rectales remitidas por el veterinario responsable de la explotación. En aquellos cultivos donde se detectó crecimiento de colonias compatibles con Escherichia coli, se procedió a la detección de sus factores de virulencia.
El método de diagnóstico consistió en la realización de una PCR múltiplex para la detección de las enterotoxinas STa, STb y LT, así como las fimbrias F4, F18, F5, F6 y F41.
Respecto a los resultados, teniendo en cuenta solamente aquellas granjas que resultaron positivas a ETEC F4 y/o ETEC F18, el patovirotipo que mostró una mayor prevalencia fue ETEC F4, seguido de ETEC F18 (50% VS 41%).
Ambos patovirotipos mostraron una prevalencia similar en el 9% de las granjas analizadas. ETEC F18 STa STb LT y ETEC F4 STb LT fueron los virotipos más prevalentes (26% vs 16%). ETEC F4 STa STb LT mostró una prevalencia similar representando un 10% del total.
Si desglosamos los resultados en función del año se ha observado que ETEC F4 y ETEC F18 se mantienen con prevalencias similares en 2015 (44% vs 46%).
Sin embargo, en 2016 la prevalencia es mayor para ETEC F4 (58%), en comparación con ETEC F18 (34%).
Los virotipos más prevalentes varían de 2015 a 2016. ETEC F4 STb LT y ETEC F18 STa STb LTson los más prevalentes en 2015, representando el 23% y 37% respectivamente, mientras que en 2016 hay una variabilidad de virotipos ya que el 66% de prevalencia se reparte entre ETEC F4 STa STb, ETEC F4 STa LT, ETEC F4 STa STb LT, ETEC F18 STa STb y ETEC F18 STa STb LT.
Los resultados obtenidos en España concuerdan en parte con el resto de países europeos ya que ETEC F4 es el más prevalente. Sin embargo, en nuestro país se ha observado una prevalencia más elevada de ETEC F18.
Hoy en día, se considera importante realizar un buen diagnóstico de E. coli, con el fin de poner nombre y apellidos al mismo.
Es decir, no solo hay que detectar el patotipo, sino que se debe conocer qué fimbrias y enterotoxinas están asociadas al mismo.
La importancia radica en que se están identificando nuevos virotipos asociados a problemas entéricos más graves como es el caso de Canadá, donde se detectó ETEC F4 STa STb LT causante de una patología más grave que otros virotipos (Fairbrother, 2016). Del mismo modo, se ha observado que hay virotipos que muestran una mayor resistencia a determinados antibióticos (Magiorakos, 2012).
Concluyendo, se debe realizar un diagnóstico preciso de casos clínicos compatibles con E. coli enterotoxigénico ya que se ha obtenido información útil a lo largo de los años, la cual puede ayudarnos a conocer mejor a qué nos estamos enfrentando en cada explotación. De esta forma estaremos preparados para adoptar las medidas necesarias.
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