08 Nov 2021

La gripe y la salud pública

La gripe porcina se describió por primera vez en EE.UU. en 1918, coincidiendo con la segunda ola de esta pandemia producida por el virus H1N1. Años después se confirmó que el virus de la gripe A implicado tanto en la enfermedad humana como en la del cerdo, era el mismo. Por ello, los virus de la influenza A en los cerdos representan un grave riesgo para la salud pública a través de su propagación en la interfaz humano-animal.

La gripe y la salud pública

En general, la gripe es una enfermedad importante en la salud pública, con una alta morbilidad y costes sanitarios.

Una pandemia de gripe se produce cuando aparece un nuevo virus gripal frente al cual la población tiene escasa o nula inmunidad y se disemina por todo el mundo.

En el año 2009 tuvo lugar la primera pandemia del siglo XXI producida por el virus de la gripe A (H1N1). Y desde principios del siglo XX se han producido 4 pandemias de gripe.

Al episodio de 1918 se le conoció como gripe española, no porque se pensase que se hubiera originado aquí, sino debido a una serie de hechos que coincidieron en el tiempo. Esta pandemia mató más personas que la primera guerra mundial, estimándose que el número de muertos ascendió a 50 millones.

Hasta entonces la gripe no se consideraba una enfermedad alarmante, debido a su baja tasa de mortalidad (los fallecidos solían ser personas con el sistema inmune debilitado o poco desarrollado).

Los científicos tienen varias hipótesis de por qué esta pandemia fue tan letal. Por un lado, porque el virus se combinaba a menudo con una infección bacteriana, lo que produjo un tipo mortal de neumonía, y por otro, porque era capaz de causar en sus hospedadores una inflamación exacerbada que provocaba la asfixia de sus víctimas.

GRIPE PORCINA

La gripe porcina se describió por primera vez en EE. UU. en el otoño de 1918, coincidiendo con la segunda ola de esta pandemia producida por el virus H1N1.

Años después se confirmó que el virus de la gripe A implicado tanto en la enfermedad humana como en la del cerdo, era el mismo.

Por otro lado, el virus H1N1 pandémico del 2009 (pdm09), mencionado anteriormente, y que causó la primera pandemia de este siglo, derivó de varios virus circulantes del ganado porcino.

Hoy en día lo sabemos ya que mediante el análisis filogenético se ha reconstruido su proceso de reordenamiento genómico y se comprobó que cada segmento de ARN se correspondía a un linaje circulante entre la población porcina, al menos 10 años antes de que se produjera la emergencia de este virus en el hombre.

Históricamente se ha creído que los cerdos son huéspedes intermediarios o “recipientes de mezcla” de los virus de la influenza debido a su susceptibilidad a la infección por virus de la influenza A tanto de origen humano como aviar y a su capacidad de generar reorganizaciones de este virus.

Por ello los virus de la influenza A en los cerdos representan un grave riesgo para la salud pública a través de su propagación en la interfaz humano-animal.

Como sabemos, la transmisión zoonótica continuada de la gripe aumenta la probabilidad de que un nuevo virus de influenza A en cerdos sea capaz de causar la próxima pandemia.

ESTUDIO 1

Por ello, debido a que las actuales estrategias de mitigación en animales son insuficientes para prevenir la zoonosis del virus de la influenza A, un reciente estudio, llevado a cabo por Lorbach y cols, 2021, ha evaluado después del desafío con el virus de influenza A su diseminación en cerdos de 6 meses de edad vacunados con diferentes tipos de vacunas (vacuna viva y/o muerta) y no vacunados.

También evaluaron la transmisión posterior al exponer hurones libres de infección a cerdos, simulando tipos de contactos que pueden tener lugar en los humanos que interaccionan con los animales en el campo.

Los resultados en los grupos vacunados con vacuna viva o muerta exhibieron una reducción de casi 100 veces los títulos a nivel nasal en su pico máximo.

Además, el muestreo del aire durante el periodo posterior al desafío reveló una disminución en la acumulación del virus de la gripe en el aire de las salas de estudio de los grupos vacunados en comparación con la sala de estudio de los no vacunados.

También los hurones expuestos a cerdos vacunados tenían títulos de virus acumulados más bajos en las muestras de lavado nasal, y experimentaron signos clínicos reducidos durante la infección.

Por tanto, este estudio concluyó que sus hallazgos apoyaban la implementación de la vacuna frente a la influenza en cerdos antes de llevarlos a una feria ganadera con el objetivo de reducir así el riesgo a nivel de la salud pública que representan estas exhibiciones ¿Pero lo podemos hacer extensible a las granjas de porcino?

ESTUDIO 2

Un estudio llevado a cabo en Francia y escrito por Chastagner y cols, 2018 reportó la transmisión bidireccional de humanos a cerdos del virus estacional influenza A (H1N1) pdm09 en una granja de porcino.

En este estudio se describe cómo un veterinario enfermó poco después de la toma de muestras de hisopos nasales de cerdas que presentaban un síndrome de tipo respiratorio en una granja en Francia donde las cerdas no estaban vacunadas frente al virus de la gripe.

Los datos epidemiológicos y los análisis genéticos revelaron la transmisión consecutiva de humano a porcino y de porcino a humano del virus de influenza A (H1N1) pdm09, que tuvo lugar a pesar de algunas medidas de bioseguridad (duchas…) insuficientes para controlar la entrada de este agente en las granjas.

Este estudio concluye que la aparición de nuevos virus de influenza A que amenazan la salud tanto de los humanos como de los cerdos pueden verse facilitados por virus que son capaces de cruzar la barrera entre especies.

Además, enfatiza la importancia de implementar medidas de bioseguridad apropiadas en las granjas de porcino para prevenir la transmisión del virus entre especies, respaldando la perspectiva One Health de proporcionar a los trabajadores de la industria porcina la vacunación anual contra la influenza estacional.

Se cree, que esta práctica puede minimizar el riesgo de que los trabajadores contraigan infecciones por el virus H1N1 pdm de los cerdos y que a su vez los trabajadores transmitan el virus de influenza A de humanos a los cerdos. Pero, ¿qué hubiese ocurrido si en esta granja los cerdos estuvieran vacunados frente a la gripe?

ESTUDIO 3

En un estudio presentado en la AASV de Li y cols, 2021 y que versa sobre los efectos de los protocolos de vacunación frente a influenza A y su diversidad genética en cerdos desafiados frente al virus de la influenza A, se enfatiza que para que tengan lugar las reorganizaciones genéticas es necesario que más de un virus de influenza A infecte la célula huésped.

Desafortunadamente, esta circunstancia se da con frecuencia en la población porcina en USA. De hecho, hay estudios previos que han detectado que en el 96% de las granjas muestreadas frente a gripe circulaba más de una cepa simultáneamente.

Por otro lado, en un estudio realizado en España por Simón Grifé y cols, 2011 se demostró que el 40% de los cerdos estudiados eran seropositivos frente a más de un subtipo.

Con lo cual, no es de extrañar que tenga lugar el fenómeno de las coinfecciones en las granjas de porcino de manera habitual. En este estudio de Li y cols, 2021 se evaluó la capacidad
de reorganización de los virus de influenza A en cerdos vacunados y no vacunados siguiendo un modelo de desafío con 2 cepas diferentes de dicho virus.

Los cerdos se vacunaron con vacunas atenuadas, inactivadas y autovacunas. En este estudio, pese al pequeño número de muestras analizadas, se demostró que, en un corto período de tiempo (seis días después del desafío con 2 cepas del virus de la influenza A), se habían producido múltiples reordenamientos con varios genotipos diferentes.

Además, si bien no todos los grupos vacunados pudieron demostrar una reducción estadística en la proporción de reordenamientos, ambos grupos vacunados y revacunados tuvieron una cantidad reducida de reordenamientos, lo que sugiere que la vacunación adecuada de los cerdos puede ayudar a reducir el reordenamiento en los cerdos infectados con más de una cepa del virus de la influenza A.

ESTUDIO 4

Al hilo de lo que estamos comentado, López y cols, 2021 presentaron un estudio en la AASV sobre la detección del virus de la influenza A en trabajadores de granjas de cerdos.

El objetivo de este estudio fue implementar un sistema de encuestas en las granjas de cerdos para evaluar el interfaz trabajador de granja-cerdo y cuantificar las veces que los trabajadores eran positivos al virus de la influenza.

Para ello se analizaron 7 granjas comerciales de cerdos con un tamaño medio de 4.000 cerdas localizadas en el medio oeste de USA con un histórico de brotes de influenza.

De todas las granjas analizadas, 64 trabajadores fueron seleccionados para el estudio, y para ello se tomaron hisopos nasales antes de entrar en la granja y al final de la jornada laboral durante 8 semanas. Además, se tomaron la temperatura corporal y rellenaron un cuestionario indicando si sentían algún síntoma compatible con la enfermedad causada por el virus de la gripe.

Además, los cerdos antes del destete también fueron muestreados, tomando 30 hisopos nasales 3 veces durante el estudio.

El resultado fue que 33 de los 64 trabajadores analizados positivizaron al virus de la gripe en algún momento durante el estudio y los lechones de un total de 5/7 granjas fueron positivos durante las 3 tomas de muestras que se realizaron.

Del total de 58 muestras positivas analizadas, el 65,6% pertenecían a muestras tomadas al final de la jornada laboral.

Estos resultados muestran evidencias de que los trabajadores de granjas de porcino se pueden positivizar al virus de la influenza al final de su jornada laboral, indicando que probablemente se encuentren expuestos a este virus a lo largo de dicha jornada.

ESTUDIO 5

Para finalizar, en una revisión realizada por Borkenhagen y cols, 2019 encontraron que el riesgo de infección zoonótica del virus de la influenza A en humanos parecía mucho mayor para los virus porcinos, por eso hablaba de que, desde un enfoque One Health, se necesitaba monitorizar a los cerdos, los ambientes de producción y a los trabajadores que están en contacto con los cerdos.

Además, creían también que los equipos de gestión de las granjas de porcino y sus trabajadores en todo el mundo necesitaban un entrenamiento en bioseguridad.

Por otro lado, también veían necesario brindar diagnósticos rápidos y precisos en las granjas de cerdos de modo que la industria porcina pudiese beneficiarse de una alerta temprana en el caso de que se detectase un nuevo virus de influenza A.

CONCLUSIONES

En base a los estudios que hemos mencionado en este artículo de Lorbach, Chastagner, Li y López parece que la vacunación de animales y personas podría ser una herramienta útil para disminuir la transmisión del virus de influenza A entre humanos y cerdos y viceversa y limitar así sus reorganizaciones.

En base a esto último que mencionamos es posible que se llevase a cabo una disminución en la velocidad de los procesos de generación de nuevos virus que pudiesen sobrepasar la barrera inmunitaria y generar la próxima pandemia de gripe.

Por todo ello, sería importante aplicar un enfoque One Health con esta enfermedad.

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