Enigmas porcinos – Entre patógenos y coinfecciones

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En la tranquila granja porcina «Sol Naciente» con un censo de 910 cerdas reproductoras distribuidas entre dos módulos (455 cerdas cada uno) y una granja de terneros situada entre ambos, una misteriosa sombra se cierne sobre el próspero negocio.

La Detective Sherpork Hams, veterinaria investigadora meticulosa, es llamada para resolver el enigma que amenaza la salud y bienestar de sus animales.

El problema es intrigante, una diarrea inexplicable asola a los lechones de apenas 10 a 12 días de vida.

Con heces pastosas de tono blanco-amarillento, la preocupación en la granja es palpable.

La detective comienza su investigación recabando datos cruciales sobre la granja, desde la renovación de 750 cerdas hasta el destete de los lechones a los 25 días con 20 kg de peso, y las diversas vacunaciones que recibían los animales:

  • Las cerdas y la reposición se vacunan frente a PRRS (cada 3 meses con dos vacunas vivas y una atenuada), Parvovirus-Mal Rojo, Rinitis Atrófica, Coli-Clostridium y Enfermedad de Aujeszky.
  • Los lechones vacunados frente a Enf. Aujeszky (intranasal en paridera) y PCV-2 (dos semanas de vida)

Una conversación con el personal de la granja revela que el problema es más grave en la nave de partos con suelo de cemento y comedero de hormigón,  afectando al 100% de las camadas y con un aumento de la mortalidad en las semanas posteriores (llegando a picos del 25%).

Armada con su experiencia y un arsenal de técnicas de investigación, la detective comienza a desentrañar los hechos.

A la vista de la sintomatología que presentan los lechones, opta por enviar muestras de digestivo al laboratorio para su análisis. Entre las posibles pruebas laboratoriales, pide la realización de Histopatología, PCR y Coprología.

La primera pista llega de los intestinos remitidos al laboratorio de Anatomía Patológica, revelando un cuadro de Enteritis atrófica, apuntando a la Coccidiosis como posible causa.

Los intestinos delgados remitidos presentan un aspecto macroscópico con asas enrojecidas, pared adelgazada en algunos tramos, vasos sanguíneos inyectados en sangre y con exudado seroso (Imagen 1).

Imagen 1. Examen macroscópico de intestino delgado de lechón con diarrea. Las asas intestinales se muestran enrojecidas, con la pared adelgazada en algunos tramos, vasos sanguíneos inyectados en sangre y con exudado seroso (Imagen cedida por Francisco José Pallarés y Guillermo Ramis).

El estudio histopatológico del intestino delgado revela atrofia y fusión de vellosidades intestinales (acortamiento de las vellosidades intestinales, superficie irregular) compatible con Enteritis atrófica (Imagen 2).

A más aumentos, se observa presencia de estructuras basófilas de diferente morfología en vacuolas dentro de los enterocitos y aplanamiento de enterocitos superficiales, también compatible con Enteritis atrófica (Imagen 3).

Imagen 2. Imagen microscópica de intestino delgado de lechón con diarrea. Atrofia y fusión de vellosidades intestinales (acortamiento de las vellosidades intestinales, superficie irregular) compatible con Enteritis atrófica (Imagen cedida por Francisco José Pallarés y Guillermo Ramis).

Imagen 3. Imagen microscópica de intestino delgado de lechón con diarrea. Presencia de estructuras basófilas de diferente morfología en vacuolas dentro de los enterocitos compatibles con Coccidios y aplanamiento de enterocitos superficiales (Imagen cedida por Francisco José Pallarés y Guillermo Ramis).

Pero la trama se complica con la concomitante presentación de signos clínicos sospechosos en las cerdas reproductoras y sus lechones, sugiriendo la que hay algo más.

La presentación de problemas reproductivos en las cerdas, con un aumento de abortos y repeticiones acíclicas, unida a la detección de problemas respiratorios en los lechones en transición llevan a la Detective Hams a sospechar del PRRS.

Con determinación, profundiza en el análisis, optando por una batería de pruebas para confirmar sus sospechas, enviando pulmones de lechones afectados al laboratorio de Anatomía Patológica.

El examen histopatológico del pulmón revela una infección vírica, con inmunomarcadores que apuntan directamente al virus del PRRS.

El examen macroscópico pone de manifiesto unos pulmones que no colapsan, con áreas multifocales de lesión de coloración rojo-marrón (pulmón con focos hemorrágicas y zonas de consolidación), un cuadro compatible con Neumonía intersticial (Imagen 4).

Imagen 4. Imagen macroscópica de pulmón de lechón con signos respiratorios. Pulmón que no colapsa con áreas multifocales de lesión de coloración rojo-marrón (focos hemorrágicas y zonas de consolidación) (Imagen cedida por Francisco José Pallarés y Guillermo Ramis).

El examen histopatológico del pulmón revela engrosamiento de los tabiques alveolares por presencia de células inflamatorias mononucleares (alveolos pulmonares con intenso infiltrado inflamatorio, presencia de macrófagos) característico de una Neumonía intersticial compatible con infección vírica (Imagen 5).

Imagen 5. Imagen microscópico de pulmón de lechón con signos respiratorios. Engrosamiento de los tabiques alveolares por presencia de células inflamatorias mononucleares (alveolos pulmonares con intenso infiltrado inflamatorio, presencia de macrófagos) característico de una Neumonía intersticial compatible con infección vírica. (Imagen cedida por Francisco José Pallarés y Guillermo Ramis).

El examen inmunohistoquímico revela inmunomarcaje positivo (infiltrado celular en los alveolos, presencia de partículas positivas a la detección por inmunohistoquímico de PRRS) frente a virus PRRS en pulmón (Imagen 6).

Imagen 6. Estudio inmunohistoquímico de pulmón de lechón con signos respiratorios. Inmunomarcaje positivo (infiltrado celular en los alveolos, presencia de partículas positivas a la detección por inmunohistoquímico de PRRS) frente a virus PRRS en pulmón. (Imagen cedida por Francisco José Pallarés y Guillermo Ramis).

La detective conecta los puntos:

La desestabilización de la granja por el PRRS y la coccidiosis asociada a la explotación de terneros están causando estragos. Asimismo, las deficiencias en higiene y bioseguridad habían permitido que estos agentes patógenos se propagaran.

Con un entendimiento más profundo de los mecanismos de acción del virus PRRS como agente primario y los Coccidios como oportunistas, la detective identifica la clave para resolver el caso. Y es que el virus PRRS no solo causa estragos directos, sino que también suprime la respuesta inmunitaria, abriendo la puerta a infecciones secundarias.

Armada con esta comprensión, Sherpork implementa medidas para abordar la crisis:

Mejoras en la bioseguridad

Protocolos de vacunación más estrictos

Educación continua para el personal sobre prácticas higiénicas.

Además, recomienda la monitorización regular del estatus sanitario de los animales y la implementación de programas de cuarentena efectivos para prevenir futuras epidemias.

Con el misterio resuelto y la granja en camino hacia la recuperación, la Detective Sherpork Hams se retira, dejando tras de sí un legado de resolución de casos y un ambiente más seguro para los habitantes porcinos de la granja. Su astucia y diligencia han salvado el día una vez más, recordándonos la importancia de la vigilancia y la acción proactiva en la lucha contra las enfermedades en la producción porcina.

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