Ver más sobre MSD Animal Health
La enfermedad es muy importante en la ganadería porcina por su impacto negativo en el índice de conversión alimenticia, la ganancia de peso, la homogeneidad de los lotes y, por tanto, la rentabilidad.
La enteropatía proliferativa porcina (EPP), conocida comúnmente como ileítis, es una enfermedad intestinal causada por Lawsonia intracellularis (L.i.).
Este patógeno intracelular afecta principalmente al íleon de los cerdos, aunque puede extenderse a otras áreas del intestino, como el yeyuno distal y el colon.
La enfermedad es muy importante en la ganadería porcina por su impacto negativo en el índice de conversión alimenticia, la ganancia de peso, la homogeneidad de los lotes y por tanto, la rentabilidad. |
Lawsonia intracellularis es una bacteria Gram-negativa, intracelular obligada, que requiere ambientes microaerófilos para su supervivencia.
Se caracteriza por su afinidad por los enterocitos inmaduros en las criptas de las vellosidades intestinales, donde se localiza en la región apical del citoplasma.
La bacteria posee un flagelo terminal que le permite moverse y adherirse a las células epiteliales, facilitando su invasión y multiplicación intracelular.
Este proceso culmina en la alteración de la proliferación y diferenciación celular, lo que provoca las lesiones características de la EPP.
La transmisión de L.i. se produce principalmente por la ruta oro-fecal, siendo las heces de los animales infectados una fuente importante de contaminación ambiental.
L.i. tiene la capacidad de sobrevivir en el ambiente, especialmente en condiciones frescas (5-15 °C), donde puede permanecer viable en las heces durante al menos dos semanas. |
La ileítis está presente en la mayoría de las granjas porcinas a nivel global, con estudios que indican una prevalencia cercana al 100 % en países productores de la Unión Europea, incluyendo España.
Esta alta prevalencia subraya la importancia de un manejo adecuado para minimizar las pérdidas económicas asociadas con la enfermedad.
La ileítis afecta tanto a cerdos de engorde como a reproductores, aunque las manifestaciones clínicas y su impacto pueden variar dependiendo de la edad, el estado inmunológico y las condiciones de manejo en la granja.
Un aspecto crucial que considerar es la reemergencia de patógenos responsables de la aparición del complejo entérico porcino en contextos de reducción del uso de antibióticos, promovida por iniciativas como la del informe ESVAC, que ha documentado un descenso significativo en la venta de antimicrobianos en Europa. |
Este hecho podría haber contribuido a aumentar la incidencia de estas enfermedades, controladas con antibióticos, y con el deterioro de los parámetros productivos y la salud intestinal.
La ileítis provoca pérdidas económicas significativas en las granjas porcinas debido a:
La reducción en la ganancia media diaria (GMD). El aumento de la conversión alimenticia. La aparición de lotes desiguales que afectan la eficiencia productiva. |
La forma crónica y subclínica de la enfermedad son especialmente problemáticas, ya que, aunque no generan una mortalidad alta, sí causan una disminución continua en el rendimiento productivo.
Esto se traduce en cerdos que tardan más en alcanzar el peso de mercado, aumentando los costes de alimentación y reduciendo la rentabilidad. |
La ileítis se presenta en tres formas principales, cada una con características clínicas y patológicas distintivas:
1. Forma aguda: Común en cerdos adultos (>4 meses), se manifiesta con diarrea hemorrágica severa. Esta forma, conocida como enteropatía proliferativa hemorrágica (EPH), puede tener una mortalidad elevada (hasta un 50 % sin tratamiento antibiótico adecuado) y se asocia con la aparición de heces sanguinolentas y coágulos en el intestino. 2. Forma crónica: Afecta a cerdos en crecimiento (6 semanas en adelante), caracterizada por una diarrea de variada consistencia que afecta negativamente la GMD. Esta forma crónica puede evolucionar hacia una enteritis necrótica (EN) en presencia de infecciones bacterianas secundarias o hacia una ileítis regional (IR), donde se observa un engrosamiento significativo de la capa muscular de la pared intestinal (intestino en manguera). 3. Forma subclínica: Es la más difícil de diagnosticar debido a la ausencia de signos clínicos evidentes. Sin embargo, causa una pérdida subyacente de crecimiento y empeoramiento de los índices zootécnicos, con heces pastosas esporádicas y una mortalidad mínima. Esta forma subclínica puede pasar desapercibida, contribuyendo a pérdidas económicas a largo plazo. |
Las lesiones asociadas a la ileítis incluyen la adenomatosis intestinal porcina (AIP), que resulta de la proliferación de enterocitos inmaduros y la alteración de la función intestinal, con una reducción en la absorción de nutrientes y la producción de moco.
En los casos agudos, la hemorragia intestinal es un signo característico, aunque el mecanismo subyacente de esta hemorragia no está completamente comprendido. |
El diagnóstico de ileítis puede abordarse desde varias perspectivas. El diagnóstico postmortem, con la evaluación histopatológica de la mucosa intestinal, sigue siendo el método de referencia. La inmunohistoquímica (IHQ) y la detección directa de L.i. en tejidos afectados son cruciales para confirmar la enfermedad.
En animales vivos, las pruebas de ELISA, que detectan anticuerpos específicos, son útiles para establecer seroperfiles y determinar la seroprevalencia en la población. Sin embargo, la variabilidad en la seroconversión puede limitar la eficacia de esta prueba en algunos casos. Las técnicas de PCR, tanto en tiempo real como cuantitativas, son altamente sensibles y específicas, siendo las muestras fecales o pools de heces las más adecuadas para esta prueba. |
La reciente implementación de fluidos orales como muestra diagnóstica, aunque prometedora, presenta ciertas limitaciones en sensibilidad debido a la naturaleza oro-fecal de la transmisión.
Respecto a la monitorización de la enfermedad, existe un método innovador para evaluar, visualmente y mediante palpación, las pérdidas económicas causadas por la ileítis en cerdos.
Desarrollado para su aplicación en mataderos, Enteripig (MSD Animal Health) permite identificar lesiones en el íleon y calcular el impacto económico utilizando un modelo de beneficios propuesto por Derald Holtkamp. |
El estudio, realizado en miles de cerdos de granjas en Europa Central por investigadores de la Facultad de Veterinaria de Praga junto con el equipo técnico de MSD Animal Health, demostró una alta correlación entre los resultados de Enteripig y otras pruebas diagnósticas como histología e inmunohistoquímica, destacando su eficacia y utilidad para la monitorización en tiempo real.
Por la dificultad de implementación de este método a nivel de matadero en nuestro país, los veterinarios también podrían utilizar este protocolo de valoración numérica de las lesiones a nivel del íleon para valorar la salud del último tramo del intestino delgado cuando se hace una necropsia reglada, sirviendo como método de monitorización continua de la granja.
El control de la ileítis en granjas porcinas requiere una combinación de estrategias que incluyen la bioseguridad, la higiene, el control ambiental, el uso prudente de antimicrobianos y la vacunación.
Medidas de bioseguridad e higiene:
Una de las medidas clave es la reducción de la presión de infección mediante la limpieza y desinfección rigurosas, el control de vectores como roedores y la implementación de protocolos de bioseguridad que minimicen la transmisión del patógeno entre lotes y granjas. El control ambiental, incluyendo la gestión adecuada del estiércol y la desinfección regular de instalaciones, es esencial para reducir la carga bacteriana en el entorno de los cerdos.
La implementación de protocolos de desinfección con compuestos de amonio cuaternario ha mostrado ser eficaz contra L.i., complementando así otras medidas de manejo.
Medicación:
El uso de antimicrobianos, en especial macrólidos y pleuromutilinas, sigue siendo una herramienta en el manejo de la ileítis, aunque la tendencia es hacia un uso más selectivo y responsable para evitar la resistencia. No obstante, se recomienda un enfoque basado en el riesgo, donde se utilicen tratamientos antimicrobianos solo cuando sea absolutamente necesario y preferentemente bajo un esquema terapéutico en lugar de profiláctico. La creciente presión para reducir el uso de antimicrobianos en la producción animal ha llevado a un renovado enfoque en estrategias de control no antimicrobiano, como la vacunación y las mejoras en la bioseguridad.
La conciencia sobre la resistencia antimicrobiana está impulsando cambios en las prácticas de manejo, lo que subraya la importancia de la vigilancia y el diagnóstico oportuno para la implementación de medidas correctivas.
Vacunación:
La vacunación se ha consolidado como una herramienta eficaz en el control de la ileítis. Existen en el mercado dos formas de abordaje respecto a la aplicación de la vacuna de ileítis:
Vía oral (vacuna viva).
Vía parenteral (vacuna inactivada).
La vacuna inactivada puede ser administrada por vía intramuscular e intradérmica, y en los últimos años se ha convertido en la forma de aplicación de elección a nivel mundial. Este hecho, podría ser debido a que, además de haber demostrado tener al menos la misma eficacia que la vacuna viva, mostrando en las pruebas de registro incluso una eficacia superior, es fácil de aplicar y versátil, pudiéndose administrar juntamente con otras vacunas para el control de los 4 de los principales patógenos que afectan a cerdos en crecimiento (Circovirus Porcino tipo 2, Mycoplasma hyopneumoniae, virus PRRS y Lawsonia intracellularis).
El manejo integral de la ileítis en granjas porcinas requiere una combinación de: Diagnóstico temprano Estrategias de control ambiental Vacunación Uso prudente de antimicrobianos La enfermedad, aunque manejable, presenta desafíos significativos debido a su alta prevalencia y el impacto económico que genera. La vacunación, en particular, se posiciona como una herramienta clave en un escenario donde la reducción de antimicrobianos es imperativa. Para los veterinarios, el enfoque debe ser proactivo, anticipándose a la aparición de la enfermedad y adaptando las estrategias de manejo a las condiciones específicas de cada granja. Con un enfoque holístico, es posible controlar eficazmente la ileítis y mantener la productividad y la salud intestinal de los cerdos. |
Presencia de Lawsonia intracellularis en la cabaña porcina. ¿Es la ileítis un proceso subestimado? M. Marcos et al. SUIS 162, pag. 72-74. 2019.
Lawsonia intracellularis. Todo lo que el veterinario de campo ha de saber. M. Marcos et al. SUIS 163, pag 46-48. 2019.
Slaughterhouse Visual and Palpation Method for Estimating the Economic Damage of Porcine Proliferative Enteropathy (PPE). Szabó, I. et al. Animals 2023, 13, 542. https://doi.org/10.3390/ ani13030542
Ver más sobre MSD Animal Health
Suscribete ahora a la revista técnica porcina
AUTORES
Importancia del diagnóstico toxicológico en producción porcina
Gema Chacón Sebastián SamusTaninos y salud intestinal en el lechón
Alberto Morillo AlujasLa revolución de la inteligencia artificial: ¿un nuevo impulso a la productividad y sostenibilidad del sector porcino?
Braulio de la Calle CamposSostenibilidad ambiental en granjas porcinas: aspectos ambientales, materias primas y valorización de purines
Elena Sanchis Fernando Estellés Salvador CalvetImpulsando la eficiencia energética en el sector porcino a través de la certificación energética
Andrea Costantino Enrico FabrizioMejora e implementación de los sistemas de climatización y alimentación en una granja de madres
Importancia del ambiente en el bienestar porcino
M. Verónica Jiménez GrezMicotoxinas en la alimentación porcina: ¿Cómo cambiará el cambio climático nuestra perspectiva actual?
Peste Porcina Africana – ¿Cómo estamos de preparados?
Maria GellermannMejora del crecimiento y supervivencia de lechones con suplementos lácteos enriquecidos
Experiencias con el uso de Enteroporc Coli AC® en el control de la diarrea neonatal en granjas en España
Carlos Casanovas Granell David Espigares Fernando Cerro Salvador Oliver Sonia Cárceles Susana Mesonero EscuredoAbordando el reto del óptimo rendimiento de las cerdas lactantes
Chantal Farmer