Indicadores modernos para mejorar la rentabilidad de granjas porcinas

TRUPUT, Nuevo indicador de eficiencia

Es así como, un indicador nuevo que está siendo muy usado sobre todo en Norte América es el Truput. Este es un medidor de eficiencia del sistema y se refiere a cuántos kilos estoy produciendo por espacio de cerdo instalado y cuál es el margen de contribución de cada kilo producido, es decir, cuánto me queda a mí de cada kilo vendido, después de descontar el costo del alimento y el valor del lechón si lo estoy comprando. 

Luego de tener este indicador, debo hacer un plan para mejorarlo. 

¿Qué debo hacer para mejorar este indicador?

Es decir, para obtener una mejor rentabilidad en cada cerdo vendido. 

• Puedo incrementar el número de kilos vendidos sin incrementar los gastos operativos aumentando el peso de venta o reduciendo el área por cerdo.
• También puedo mejorar el truput al mejorar el margen de contribución de cada kilo vendido al reducir el costo de alimentación, esto lo puedo hacer mejorando la conversión o reduciendo el costo de la dieta a través del análisis del comportamiento de los animales en cada etapa. 

Este es un punto crítico, ya que muchas veces estos análisis no se hacen y es común que no se cambien las composiciones de las dietas en las granjas, a pesar de que hay cambios en los costos de las materias primas. 

Cuando cambia el costo de ellas o hay cambios en el precio del cerdo, es necesario evaluar posibles cambios en la concentración de las dietas, para ajustarlas a la realidad de cada momento y debo monitorear a través de mi sistema de información lo que está pasando en cada etapa del desarrollo del cerdo.

Veamos otro ejemplo de los cambios en el enfoque de los análisis en las granjas porcinas, esta vez en el hato reproductivo.

Cada vez las instalaciones del hato reproductivo son más costosas y por eso se hace más énfasis en la eficiencia de las instalaciones que en la eficiencia de las cerdas hoy, las empresas empiezan a buscar mejorar la eficiencia de las instalaciones, principalmente porque los costos del hato reproductivo son en su mayoría fijos, aún cuando cada día es más común producir los reemplazos internamente. 

Entonces, hoy el indicador más importante en muchas regiones no son los lechones/cerda/año sino los kilos/jaula de parto/año. De esa forma se empieza a reevaluar el tema del destete a 21 días, pasando en muchos casos a 25 y 28 días.

Otro aspecto que cada día cobra más relevancia en las granjas es la gestión de los grupos de servicios. 

En los hatos reproductivos nada sucede por periodo si no por grupo de servicios. Sea que maneje una granja con sistema semanal o cada 3 semanas, cada grupo de servicios es como una granja dentro de mi granja, entonces una granja que trabaja a 21 días es como si tuviera 7 granjas dentro de la granja o 21 si es semanal. 

En este orden de ideas, si quiero hacer una mejor gestión de mis grupos de servicios, debo pasar de hacer una gestión reactiva a una gestión proactiva de mis grupos, es decir pasar de tomar las decisiones de descartes y reemplazos para mantener mi distribución de paridades al momento del destete, a hacer una revisión antes de que el grupo de servicios llegue a parto  y poder programar el número de reemplazos necesarios para cada banda, dicho de otra forma, necesito que mis reemplazos empujen mis descartes y no que los descartes halen los reemplazos. 

De esa forma voy a tener unos grupos de servicios siempre equilibrados. Para esto debo contar con un sistema de información que me permita anticiparse a las situaciones de la granja y no sólo reaccionar a los datos históricos que recibo.

Normalmente una cerda se paga después del tercer parto, por eso es tan importante el manejo de la estructura de los grupos de servicios.

Si quiero mejorar la rentabilidad de mi hato reproductivo, debo tratar de lograr que la mayoría de mis cerdas lleguen al 5 parto, al menos el 85%, pero eso no es común en los hatos.

Lo que uno se encuentra comúnmente son grupos de servicios con muchas cerdas en los partos 1-3 y algunas en los partos 6-8 y pocas en los partos 4-5 que son lo más productivos. De esta forma, estoy perdiendo una gran oportunidad de mejorar la rentabilidad del hato reproductivo. 

Para hacer un trabajo más eficiente en este y otros aspectos, debo pasar de trabajar tanto con promedios y porcentajes y empezar a trabajar más con variaciones y datos individuales para tomar decisiones. 

En este punto un sistema de información ágil, que me permita ajustar los campos de captura a las necesidades de mejora de la granja es vital para tomar mejores decisiones. Un ejemplo de esto es la tasa de parición. 

Este es un parámetro que no puedo gestionar como tal, lo que puedo gestionar son los eventos involucrados en él, pero poco se trabaja en los datos alrededor de la monta como la edad del semen, la calidad de la monta y la intensidad del celo. 

Estos son indicadores que debería poder capturar y luego cruzar con los resultados al parto para identificar aspectos a mejorar 

CONCLUSIÓN

En conclusión, existen una serie de nuevos indicadores que me pueden permitir establecer acciones de mejora continua, lo importante es estar abierto a estas nuevas tendencias y hacer los cambios necesarios. 

Lo cierto es que no podemos esperar resultados diferentes si seguimos haciendo las cosas de la misma forma y en el tema de la información es muy importante establecer un sistema de información que me permita anticipar a los acontecimientos de la granja y poder tomar acciones correctivas y no quedarme simplemente con una base de datos que me entrega resultados históricos únicamente, una especie de informe de autopsia, pero el muerto ya está allí y no puede hacer nada sobre hechos pasados.

De igual forma, debo establecer cuáles son mis parámetros críticos y hacer un plan de mejora continua con acciones claras.

Tendemos a compararnos con otras granjas en ciertos indicadores para saber si estamos bien y quedamos tranquilos, pero la verdad es que la competencia es con nosotros mismos. En qué punto estamos hoy, a dónde queremos ir y cómo voy a lograrlo, pero esa mejora no debe estar dirigida solo a los indicadores técnicos sino también a los económicos. 

Por eso no será igual, por poner un ejemplo, 30 L/C/A en una granja nueva, que en una que ya está completamente depreciada y por supuesto, las decisiones serán diferentes.