Philippe Houdart es un veterinario especializado en incidentes epizoóticos de animales y seguridad alimentaria. Comenzó su carrera profesional en 1989 como practicante en Bélgica y Francia. En 1991, después trabajando durante un año en el departamento virológico de la facultad de veterinaria en Gante, Bélgica, él se unió al personal de campo de los servicios veterinarios del Ministerio de agricultura belga, trabajando principalmente en temas de salud animal. Desde la creación de la agencia federal para la seguridad de la cadena alimentaria. (FASFC) en Bélgica en 2000, participó en la gestión de alertas e incidentes de inocuidad de alimentos y piensos y crisis en la cadena alimentaria y las plagas de plantas y epizootias de enfermedades animales. Desde 2003, él es el Director de la unidad de prevención y gestión de crisis de FASFC. Philippe ha adquirido a lo largo de los años una vasta experiencia en el manejo de brotes de enfermedades epizoóticas como peste porcina clásica, peste porcina africana, gripe aviar, enfermedad de Newcastle, lengua azul y pie enfermedad bucal Desde la aparición de la PPA en la UE en 2014, ha estado preparando el Autoridades belgas para la eventual introducción de la enfermedad en Bélgica. Desde la introducción de ASF en jabalí en el sur de Bélgica en septiembre de 2018, ha estado estrechamente involucrado en el manejo de la enfermedad en la población de jabalíes y la prevención de su propagación a rebaño de cerdos domésticos.
¿Cómo afrontamos un brote de PPA? La experiencia belga
Tras la detección de la PPA en jabalíes silvestres en Bélgica, se estableció provisionalmente una zona infectada que abarcaba todo el sur de la provincia de Luxemburgo. Esta zona fue reemplazada posteriormente con dos zonas reguladas: Zona I (población infectada) y Zona II (zona de protección).
La aplicación de una combinación de medidas adoptadas en otras zonas de la UE y adaptadas a la situación local ha permitido aislar, estabilizar y controlar la enfermedad.
La estrategia de control implementada por las autoridades belgas en las zonas con PPA ha demostrado ser eficaz para controlar la enfermedad en los jabalíes silvestres. Esta estrategia se basa en la paralización de determinadas actividades, la retirada de los cadáveres y su análisis en laboratorios bien equipados, la caza controlada y la fragmentación del hábitat de los jabalíes mediante vallas.
La epidemia de PPA en jabalíes silvestres en esta región probablemente esté llegando a su fin. Si bien, no se ha detectado ningún brote de PPA en cerdos domésticos, a falta de una vacuna eficaz, la aplicación correcta de medidas preventivas a lo largo de la cadena de producción porcina es la única forma de proteger a los cerdos.
Hace un año y medio, la Peste Porcina Africana (PPA) apareció en jabalíes silvestres en los bosques de la región de “La Gaume”, en el sur de Bélgica. Desde el principio, las autoridades y otras partes interesadas tenían claro que estaban tratando con una enfermedad multifacética, potencialmente disruptiva y de larga duración.
Hasta ahora, la enfermedad ha sido muy efectiva, no solamente infectando y provocando la muerte de jabalíes silvestres, sino afectando enormemente al sector porcino belga y provocando pérdidas significativas para las industrias silvícola, de caza y turística.
Ante la nueva introducción de la PPA en los jabalíes silvestres, los objetivos establecidos por la legislación europea (Directiva 2002/60/CE del Consejo) son muy claros:
Evitar a toda costa la transmisión de la enfermedad a los cerdos domésticos.
Limitar al máximo la propagación de la enfermedad en la población de jabalíes silvestres.
A largo plazo, erradicar la enfermedad.
En Bélgica, inmediatamente tras la detección de la enfermedad en jabalíes silvestres, se estableció provisionalmente una zona infectada que abarcaba todo el sur de la provincia de Luxemburgo. Esta zona fue reemplazada posteriormente con dos zonas reguladas de acuerdo con lo establecido por la legislación europea (Decisión de Ejecución 2014/709/UE de la Comisión):
Zona I: zona interna de alto riesgo abarcando la población infectada.
Zona II: zona de seguridad rodeando la Zona I.
En estas zonas, se aplicaron las medidas adecuadas, tanto para jabalíes silvestres como para cerdos.
Gracias a la aplicación de una combinación de medidas adoptadas en otras zonas de la UE y adaptadas a la situación local, las autoridades, en estrecha colaboración con cazadores y granjeros, han logrado aislar, estabilizar y controlar la enfermedad. Esto ha supuesto una verdadera lucha y no ha estado exenta de contratiempos.
Por ejemplo, la zonificación europea tuvo que adaptarse 4 veces (desde el oeste al norte) tras la detección de casos positivos en jabalíes silvestres en la Zona I. Actualmente, las zonas reguladas abarcan una extensión de, aproximadamente, 1.100 km2 .
Hasta ahora, la estrategia de control implementada por las autoridades belgas en las zonas con PPA ha demostrado ser eficaz para controlar la enfermedad en los jabalíes silvestres. Esta estrategia se basa en la combinación de diferentes medidas como:
Paralización de determinadas actividades (caza, trabajos forestales y turismo) en los bosques de las áreas infectadas.
Búsqueda intensiva de jabalíes silvestres muertos.
Retirada de los cadáveres de los jabalíes muertos y su análisis en laboratorios bien equipados.
Campañas de caza controlada y captura para reducir significativamente el número de jabalíes silvestres.
Fragmentación del hábitat de los jabalíes mediante un sistema de vallas.
Se estima que, a finales de enero de 2020, se habían eliminado más de 5.000 jabalíes silvestres, 831 de ellos positivos a PPA. Todas las medidas aplicadas han sido igualmente importantes para alcanzar el éxito.
Por ejemplo, como alternativa a la caza en primavera y en verano, cuando la vegetación dificulta la caza tradicional, las operaciones de captura han permitido la eliminación de más de 1.100 jabalíes silvestres. Asimismo, la colocación de una red de más de 300 km de vallas ha demostrado ser una herramienta de contención de la enfermedad muy efectiva al evitar el desplazamiento de los jabalíes y facilitar las labores de caza.
Gracias a estos esfuerzos, actualmente solo quedan unos pocos jabalíes silvestres en las zonas afectadas, casi alcanzando por completo el objetivo de erradicar la población y, por tanto, la enfermedad de una vez por todas.
«La epidemia de PPA en jabalíes silvestres en esta región probablemente esté llegando a su fin.»
Desde mayo de 2019, se han detectado muy pocos casos positivos, habiéndose detectado el último caso positivo en agosto de 2019. Así, a pesar de las intensas búsquedas realizadas en ambas zonas, solamente se han encontrado algunos restos de animales (huesos) que habían muerto hacía más de 3 meses.
Hasta ahora, no se ha detectado ningún brote de PPA en cerdos domésticos en Bélgica. Sin embargo, teniendo en cuenta que actualmente no existe ninguna vacuna eficaz frente a la PPA (aunque su desarrollo está previsto a largo plazo), la aplicación correcta de medidas preventivas a lo largo de la cadena de producción porcina es la única forma de proteger a los cerdos.
Es esencial contar con unas medidas de bioseguridad en las granjas y a lo largo de la cadena de suministro, incluyendo unas estrictas medidas que eviten el contacto de los jabalíes silvestres con las instalaciones y eliminando cualquier acceso no esencial a las granjas.
A pesar de que la cabaña porcina belga ha permanecido libre de PPA durante todo este tiempo, manteniendo su estatus oficial de libre de enfermedad según la OIE, se han producido importantes pérdidas asociadas a las prohibiciones de exportación impuestas por sus principales socios comerciales fuera de la UE.
Recientemente se ha podido ir recuperando debido al incremento de las demandas del mercado europeo, como resultado del aumento del volumen de carne de cerdo exportado a China tras la crisis de PPA en este país.
Esta aparente recuperación aún es muy frágil y está siendo muy difícil erradicar la PPA en la mayoría de los países afectados, incluyendo los Estados Miembros de la UE. Como consecuencia, existe un importante y peligroso reservorio de PPA, y la reintroducción del virus en los países donde se ha erradicado la enfermedad es un escenario muy real.
Dado que no solamente se propaga a nivel local, sino también a largas distancias gracias a las actividades humanas, todos los Estados Miembros están en riesgo.
La propagación a jabalíes silvestres que viven lejos de las áreas infectadas, tal y como ocurrió en Bélgica, en la República Checa y en otros países afectados, puede ocurrir en cualquier parte de la UE donde habiten estos animales. Por ello, cada Estado Miembro ya debería tener un sistema de vigilancia de jabalíes silvestres que permita la detección de la PPA en fases tempranas de forma que se puedan aplicar rápidamente medidas de control.
Todos los implicados -granjas porcinas, veterinarios, cazadores, etc.- deben mantenerse en constante alerta, aplicando en todo momento las medidas de bioseguridad necesarias de forma correcta. Ante la actual crisis mundial de la PPA, la transparencia, el intercambio de conocimientos y la colaboración deben imponerse, ya que ningún país debería afrontar esta enfermedad en soledad.
