En Igusol hemos desarrollado BUTYRON, que gracias a su proceso de estabilización, con varias capas de sales de calcio, permite la liberación temprana y progresiva del butirato a lo largo del tracto gastrointestinal.
El ácido butírico es un ácido graso de cadena corta altamente validado y científicamente probado que ha demostrado su capacidad para mejorar la salud intestinal.
Entre sus múltiples beneficios, el ácido butírico:
Es uno de los principales nutrientes que proporciona energía a los enterocitos y colonocitos.
Regula e interviene en el desarrollo de los tejidos intestinales.
Participa en la modulación inmunitaria, en la reducción del estrés oxidativo y en el control de la diarrea.
Por estos motivos, se considera un compuesto muy interesante en la industria de aditivos para piensos, ya que mejora la salud intestinal, el rendimiento productivo y, a la vez, actúa como alternativa a las estrategias de reducción y eliminación del uso de antibióticos como promotores del crecimiento. |
En los lechones, el ácido butírico sólo se encuentra de manera natural a través de la leche materna, en un pequeño porcentaje, y también como resultado de la fermentación en el intestino grueso y el ciego.
A lo largo de los años se han desarrollado aditivos alimentarios para proporcionar estos beneficios al intestino delgado, sin embargo, el ácido butírico requiere estar protegido mediante un recubrimiento, pues, de lo contrario, la mayor parte del butirato se absorbería antes de llegar al intestino delgado.
A diferencia de otros vendedores de butirato que utilizan un recubrimiento de grasa para proteger al ácido butírico del sistema digestivo superior, lo que permite liberarlo a nivel intestinal con la ayuda de lipasas pancreáticas, en Igusol hemos desarrollado BUTYRON, que gracias a su proceso de estabilización, con varias capas de sales de calcio, permite la liberación temprana y progresiva del butirato a lo largo del tracto gastrointestinal.
Se compone de sales sódicas de ácido butírico al 60 % y tiene un formato sólido de gran fluidez formado por partículas esféricas.
Esta forma avanzada de estabilización garantiza la administración de ácido butírico y la liberación de sus componentes activos de forma progresiva a nivel intestinal.
A continuación, presentamos un estudio que tuvo como objetivo evaluar la preferencia por parte de lechones recién destetados entre un butirato sódico comercial, protegido con grasa, y BUTYRON, un butirato sódico estabilizado con sales carbónicas de calcio, a través de mediciones de la ingesta de lechones durante el inicio de la transición.
La prueba consistió en dos réplicas. Para el primer ensayo (réplica 1) se utilizaron 152 lechones machos destetados de 25 días de edad distribuidos aleatoriamente en 8 corrales diferentes. Cada corral contenía dos comederos que se llenaron con dos dietas isobutíricas diferentes, siendo la fuente de butirato la única diferencia entre ambas dietas: |
La dieta A fue una dieta iniciadora comercial que incluía una grasa clásica protegida con butirato sódico (al 70 %) suministrado a 1,5 kg/T de pienso.
La dieta B fue una dieta iniciadora comercial que incluía un butirato sódico estabilizado con sales carbónicas de calcio llamado BUTYRON (60 % butirato) suministrado a 1,75 kg/T de pienso.
Una vez finalizado este ensayo, se repitió la prueba con 200 lechones en los mismos 8 corrales (réplica 2). Sin embargo, se cambió la posición de las dietas en cada corral para evitar posibles efectos de preferencia de ubicación.
La segunda repetición también contenía un mayor número de lechones para investigar si podía influir la densidad del corral.
Cada repetición tuvo una duración de 4 días. Los animales fueron alimentados ad libitum y el agua se suministraba libremente a través de bebederos de tetina.
La ingesta de alimento se registró diariamente por corral y comedero, y se halló la media entre los consumos en ambas réplicas.
En la Gráfica 1 se muestran las ingestas medias por animal y día en ambas réplicas del estudio, así como la media de ambas. Podemos observar que los lechones consumieron, de media, 38 g/animal/día del pienso con butirato sódico protegido con grasa y 80 g/animal/día del pienso que contenía butirato sódico estabilizado con sales carbónicas de calcio, BUTYRON.
Estos resultados se muestran de modo más evidente en la Gráfica 2. Tras medir el consumo total de alimento, se observó que los lechones mostraron una clara y robusta prioridad de consumo por la dieta B, suplementada con BUTYRON (68 % de preferencia), en comparación con el pienso suplementado con butirato recubierto de grasa, con sólo un 32 % de preferencia.
Como conclusión de este estudio, cuando se les ofrecen distintos piensos suplementados con diferentes presentaciones de butirato sódico a tasas isobutíricas, los lechones muestran una clara preferencia por BUTYRON, el butirato sódico estabilizado con sales carbónicas de calcio a una concentración del 60 % en comparación con el butirato sódico protegido con grasa a una concentración del 70 %.
Estos resultados pueden conducir potencialmente a un mayor consumo de pienso al destete y así favorecer una adaptación más suave a la alimentación sólida mientras que, al mismo tiempo, los lechones pueden obtener los mismos beneficios a nivel intestinal proporcionados por mayores niveles de consumo de butirato. |
Ver más sobre Igusol
Suscribete ahora a la revista técnica porcina
AUTORES
¿Cómo se realiza una prueba de sensibilidad antibiótica en el laboratorio?
Gema Chacón Silvia del CasoResistencia antimicrobiana en España: un eslabón del abordaje One Health europeo
Cristina Muñoz MaderoTrastornos reproductivos como consecuencia de una mala condición corporal al destete
Rafael Pallás AlonsoSuplementación de lisina al final de la gestación para estimular el desarrollo mamario de cerdas primerizas
Chantal FarmerClaves del éxito del manejo y alimentación de futuras reproductoras
Jamil E. G. Faccin Jason C. Woodworth Joel M. DeRouchey Jordan T. Gebhardt Mike D. Tokach Robert D. GoodbandNecrosis Auricular Porcina: Caso práctico sobre el control de las condiciones ambientales
Álvaro Guerrero Masegosa Anselmo Martínez Moreno Henar González Ramiro Juan Conesa Navarro Paula Sánchez Giménez Raquel Fernández RodríguezDecálogo para tener lechones de calidad, una aproximación de campo – Parte I
Andrea Martínez Martínez Elena Goyena Salgado Emilio José Ruiz Fernández José Manuel Pinto Carrasco Manuel Toledo Castillo Rocío García Espejo Simón García LegazNuevas formulaciones en diluyentes espermáticos: variaciones en la concentración de azúcares y uso de péptidos para combatir las resistencias antimicrobianas
Pablo FernándezBioseguridad frente a los virus en los piensos para cerdos
Declan C. Schroeder Gerald C. Shurson Pedro E. UrriolaTecnologías de control para prevenir la transmisión de enfermedades por aerosoles
Bernard A. Olson Christopher J. Hogan Jr. Deepak Sapkota Hui Ouyang José Morán Lan Wang Li Li Mark Schwartz Montserrat Torremorell My YangPon en jaque a la disentería porcina
Evolución del virus de la influenza porcina en Europa y España durante los últimos 5 años
Carlos Casanovas Granell David Espigares Laura Garza Salvador Oliver Sonia CárcelesEl engorde del cerdo y la búsqueda del animal de alto valor
Francisco José Rodríguez CalventeAlimentación automatizada CTIfeed: Clave para el éxito
MASTERFLY® BAIT: control eficaz de moscas en granjas porcinas
Impacto de la vacunación sobre las proteínas de fase aguda en los lechones
Sebastián FiguerasGestionando la hiperprolificidad desde el nacimiento hasta el postdestete
N. Ochoa Ricardo Segundo