Licenciada en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza, Ana Alegre ha ejercido de peón de granja en una granja de reproductoras integrada (2.500 cerdas) y ha realizado trabajos de campo en proyectos de investigación en colaboración con el CReSA. Actualmente ejerce de Veterinaria en Piensos Costa S.A. y desde 2018 es la responsable de área de reproductoras de Aragón y Cataluña.
¿Cómo afrontaremos el reto de la caudofagia sin el corte de colas?
El RD 1135/2002 nos deja clara la normativa vigente actual en cuanto al corte de colas:
«El raboteo (…) no deberá ejecutarse por rutina sino únicamente cuando existan pruebas de que se han producido lesiones (…) de orejas o rabos de otros cerdos. Antes de su ejecución, se adoptarán medidas para prevenir la caudofagia y otros vicios teniendo en cuenta las condiciones ambientales y la carga ganadera»
La conciencia social sobre el bienestar animal, unida a que ciertos países de la Unión Europea, tales como Finlandia y Suecia, han prohibido completamente el raboteo, ha hecho crecer la presión administrativa sobre el cumplimiento de dicha normativa en el resto de la Unión Europea.
Tenemos ante nosotros un gran reto… ¿Somos capaces de producir cerdos con la cola intacta?
El término caudofagia hace referencia a una conducta anormal que se observa ocasionalmente en la especie porcina, y que consiste en morder la cola de uno o varios congéneres. El origen de su desarrollo es multifactorial, aunque lo más aceptado es que es una conducta redirigida.
En condiciones naturales, el cerdo se dedica a hozar en búsqueda de alimento. Esta conducta la sigue realizando en condiciones de cría intensiva, aunque el animal tenga a su disposición comida ad libitum y esté saciado.
Todo esto, unido a posibles causas estresantes en el animal, puede hacer aparecer un brote de caudofagia en un determinado momento.
Tras estudiar la opinión de expertos etólogos, estamos realizando pruebas para criar en condiciones de producción intensiva cerdos sin rabotear, y los resultados no están siendo nada halagüeños…
Animales criados incluso al doble de la densidad marcada por ley, con diferentes materiales de enriquecimiento y con condiciones ambientales perfectamente controladas, están sufriendo brotes de caudofagia.
Pruebas pequeñas y aisladas han sido exitosas, pero cuando hemos intentado reproducir dichas pruebas de manera continua hemos fracasado.
Seguimos sin conseguir producir de manera constante cerdos sin rabotear que no presenten brotes de caudofagia. ¿Qué podemos hacer?
¿Realmente la cría intensiva de ganado porcino es posible sin la práctica del raboteo parcial? ¿Deberemos tirar por tierra todos los avances sanitarios que ha supuesto en la historia del ganado porcino dicha cría intensiva?
¿Tendremos que volver a criar cerdos como lo hacían mis abuelos, en el corral de casa (desde luego, ellos no raboteaban)? ¿Será la nutrición la clave para conseguir nuestro objetivo?
¿Lo será la genética?
Por el momento, seguiremos trabajando, como siempre, en nuestro empeño por conseguir la solución. Continuaremos haciendo pruebas a todos los niveles para conseguir el modelo que nos lleve a producir cerdos sin rabotear, sin tener que renunciar a las ventajas de la cría intensiva.
Buscaremos la solución que nos permita seguir siendo un sector comprometido con el bienestar animal, además de competitivo, y siendo un referente mundial.