La fibra prebiótica, una aliada en la prevención de diarrea neonatal
El consumo de fructooligosacáridos de cadena corta por parte de cerdas gestantes ha demostrado ser beneficioso para la salud intestinal de los lechones.
Cada vez existen más pruebas de la íntima relación entre microbiota intestinal y salud animal. Ello ha hecho que aparezcan nuevas líneas de investigación destinadas a esclarecer cómo a través del control de su composición, podemos mejorar la salud de nuestros animales.
Esta nueva corriente surge de la necesidad de reducir el uso de antibióticos en la producción animal, de forma que pasaremos de utilizar antibióticos para eliminar bacterias entéricas patógenas a favorecer el crecimiento de bacterias beneficiosas que a su vez desplacen a las patógenas en el entorno intestinal.
Siguiendo este enfoque, investigadores del INRA (Institut NuMeCan), dentro del marco del proyecto de investigación FOSGUT (2011-2017) han evaluado los beneficios de la incorporación de fibras prebióticas en la alimentación de cerdas reproductoras.
Estos compuestos no son digeridos por la cerda, sino que son metabolizados por los microorganismos presentes en el intestino. Por ello, en función de la fibra específica que se proporcione, se puede influir en la composición y actividad metabólica de la microbiota intestinal, lo cual potencialmente puede tener efectos beneficiosos en el hospedador.
En este caso, se estudió el efecto de la administración de fructooligosacáridos de cadena corta (scFOS) a cerdas gestantes sobre el sistema inmunitario del lechón. Los scFOS se encuentran presentes de forma natural en multitud de alimentos, pero en cantidades insuficientes para llegar a afectar a la composición de la microbiota, por lo que se administró un suplemento obtenido a partir de remolacha de azúcar.
A lo largo del estudio, se compararon varios parámetros del sistema inmunitario (citoquinas, inmunoglobulinas y maduración de células inmunitarias) de lechones control y lechones amamantados por cerdas que habían recibido los scFOS en el último tercio de gestación (0,33%) y durante la lactación (0,15%), obteniéndose los siguientes resultados:
La incorporación de scFOS en la ración de las cerdas estimula la inmunidad pasiva del lechón recién nacido.
Las cerdas que recibieron el suplemento tenían un calostro más rico en IgA (+51%) y citoquinas (+29%).
Los lechones de cerdas suplementadas tuvieron un mejor desarrollo del sistema inmunitario:
Aumentó la proporción de células mononucleares en los ganglios linfáticos mesentéricos
Aumentó la capacidad de secreción de IgA desde las placas de Peyer (+46%)
Se comprobó además que esta suplementación tiene efectos beneficiosos a largo plazo sobre la salud de los lechones, que incluso un mes después del destete presentaban en sus secreciones intestinales, una gran cantidad de IgA e Interleucina-4, y un mayor desarrollo de las células caliciformes.
Este tipo de estudio es un gran ejemplo de hacia dónde va el sector porcino. En el futuro, la lucha contra los procesos entéricos se basará en la prevención y en potenciar las defensas del propio animal, siendo la microbiota intestinal una parte fundamental de las mismas