16 Sep 2020

Prueba de campo con una vacuna intramuscular para el control de la ileítis porcina

La vacunación de lechones durante la transición permite un control eficaz de la ileítis porcina, algo fundamental para una producción porcina más sostenible.

Prueba de campo con una vacuna intramuscular  para el control de la ileítis porcina

La producción porcina está experimentando una evolución positiva constante, mejorando significativamente en aspectos relacionados con las instalaciones, climatización, nutrición, bienestar animal y sostenibilidad, lo cual es imprescindible para garantizar el futuro de este sector clave para nuestro país.

En lo relativo a la sanidad, el objetivo es tener un control efectivo de las enfermedades con un menor uso de antibióticos. En esto último llevamos una trayectoria muy positiva, con una reducción significativa en los últimos años, aunque tenemos que seguir trabajando y ponernos al nivel de nuestros competidores en los mercados internacionales de carne de cerdo.

Las enfermedades no siempre se manifiestan clínicamente, haciéndose evidentes y “obligándonos” a actuar. Un claro ejemplo de esto es la ileítis porcina causada por Lawsonia intracellularis, la cual, según un reciente estudio, está presente en el 90% de las granjas analizadas1.

La ileítis porcina se presenta, la mayoría de las veces, de manera subclínica durante el cebo, empeorando los parámetros productivos de esta fase, con un incremento del índice de conversión, una reducción de la ganancia de peso diaria, más desigualdad de lotes y un mayor gasto en medicación.

Si la presentación es clínica, lo cual suele ocurrir en cerdas de reposición o en brotes agudos a final de cebo, además nos podemos encontrar con un aumento en la mortalidad, lo cual incrementa las pérdidas económicas.

La ileítis porcina lleva muchos años presente en la cabaña porcina, aunque hasta ahora pasaba desapercibida principalmente por dos motivos:

Su presentación subclínica que “no mata, pero roba”

El uso de antibióticos en la fase de crecimiento, que permitía el control de problemas respiratorios y entéricos a la vez

Como hemos dicho, actualmente el uso de antibióticos está muy ajustado y limitado. Es necesario utilizar otras alternativas existentes para controlar las enfermedades de manera preventiva, y sobre todo eficaz.

 

El uso de vacunas, junto con las medidas de bioseguridad, la mejora de las instalaciones y el manejo, son las herramientas fundamentales para conseguir una cría de cerdos más eficiente.

 

Desde mi punto de vista como nutricionista, la salud intestinal es fundamental, ya que es el punto de partida para una óptima digestión del pienso y absorción de nutrientes, lo cual es clave para contribuir a mejorar los parámetros productivos y fortalecer el sistema inmune.

Todo aquello que interfiera durante la fase cebo en el aprovechamiento del pienso, que es el factor que más repercute en el coste de producción, generará ineficiencias.

Aunque hay diversos patógenos entéricos que pueden afectar al cerdo en la fase de cebo, son dos los que consideramos más frecuentes y perjudiciales: Brachyspira hyodysenteriae y Lawsonia intracellularis.

Esta última, que afecta al intestino delgado y al primer tramo del grueso (engrosando su pared y reduciendo la absorción de nutrientes), puede favorecer la proliferación de B. hyodysenteriae, si es que está presente.

Por ello, y valorando los resultados preliminares, nos planteamos probar una vacuna monodosis de aplicación intramuscular frente a Lawsonia intracellularis, con los siguientes objetivos:

Controlar la ileítis sin el uso de aditivos en pienso y reduciendo el uso de antibióticos frente a esta patología.
Mejorar los parámetros productivos en la fase de cebo.
Mejorar el beneficio por cerdo, es decir, ser más eficiente.

Desarrollo de la prueba de campo

La prueba con vacuna intramuscular frente a la ileítis porcina fue realizada en una granja situada en la zona este de España, con un censo de 700 cerdas reproductoras en ciclo cerrado, aunque sin capacidad suficiente para cebar todos los cerdos producidos, por lo que algunos lotes de animales salen a cebaderos externos.

La granja dispone de tres naves de cebo con 1.420, 1.480 y 750 plazas respectivamente, llenándose estas consecutivamente con los lechones producidos durante dos/ cuatro semanas, siendo los lechones de un único origen.

En la granja de ciclo cerrado, no así en los cebos externos, estos lechones presentaban de manera recurrente y de forma intermitente problemas entéricos compatibles con ileítis porcina subclínica (blandeos y desigualdad de lote), confirmándose el diagnóstico mediante un ELISA para Lawsonia intracellularis realizado a 15 animales en la fase final de cebo, siendo el resultado de 13 positivos y dos dudosos.

Para controlar este problema se recurría a una premezcla de aditivos, basada en productos fitobióticos y prebióticos, que se administraban durante toda la fase de cebo. Cuando era necesario, según criterio veterinario, se aplicaba un tratamiento antibiótico con lincomicina o tiamulina.

La prueba la realizamos en una de las naves de cebo que recibió 1.419 lechones vacunados en la transición con una vacuna intramuscular frente a Lawsonia intracellularis, los cuales no recibieron ni el aditivo en el pienso ni el tratamiento antibiótico, comparándola con los resultados obtenidos en la nave llenada anteriormente con 1.479 lechones y que siguió el tratamiento habitual mencionado anteriormente.

La nave control se llenó en diciembre de 2019 y se vació en mayo de 2020, mientras que la vacunada fue llenada en enero y vaciada en junio de 2020.

Esta es una prueba de campo con una sola réplica, por lo que no se ha hecho un análisis estadístico, pero sí que nos ha dado algunos resultados interesantes que nos permiten ser optimistas respecto a las posibilidades de la vacunación intramuscular para evitar los efectos negativos de la ileítis subclínica. Los datos más significativos son:

Durante el cebo no se observaron síntomas compatibles con ileítis y visualmente la homogeneidad del lote fue mejor que en otras ocasiones.

Ahorro de 0,60 € en el coste total del tratamiento frente a ileítis, teniendo en cuenta vacuna, aditivo y tratamiento antibiótico.

Mejora de la mortalidad en 0,03 puntos porcentuales.

Sin diferencias importantes en la ganancia media diaria e índice de conversión.

Como digo, estos datos no pueden ser analizados estadísticamente, pero sí los introdujimos en un simulador de SIP Consultors para analizar el resultado de la vacunación.

Vemos que en esta prueba obtuvimos una mejora de 0,68 € (teniendo en cuenta el coste de la vacuna y tratamientos, así como la variación en parámetros productivos).

Hemos de enfatizar que se ha conseguido controlar esta patología infecciosa sin utilizar aditivos ni antibióticos durante toda la fase de cebo, habiendo recibido los cerdos solo la vacuna intramuscular para el control de la ileítis.

Como conclusión, puedo decir que los objetivos que nos planteamos al inicio de la prueba se han conseguido. La vacunación de lechones durante la fase de transición permite un control eficaz y eficiente de la ileítis porcina, y en este caso, sin utilizar antibióticos, lo cual es fundamental para conseguir una producción porcina más sostenible.

1Arnold et al. Porcine Health Management (2019) https://doi.org/10.1186/s40813-019-0137-6

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