Desde la Unión Europa nos instan a establecer medidas que contribuyan a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. En el sector de la ganadería, y en concreto, en el sector porcino, resulta fundamental aplicar soluciones que nos permitan cumplir con una producción sostenible. Una de estas soluciones es Improvac®, la vacuna de Zoetis contra el olor sexual de la carne de cerdo.
Improvac®, además de resolver el problema del olor sexual de la carne de cerdo, ayuda a los ganaderos a producir de una manera más eficiente, lo que implica considerables beneficios a nivel medioambiental, además, por supuesto, de los ya más que conocidos beneficios para el bienestar de los animales, evitando la castración física de estos.
En concreto, en lo que al medioambiente se refiere, la Declaración Ambiental de Producto (EPD) de Improvac® refleja que la huella de carbono calculada para cerdos tratados con Improvac® es un 3,6% inferior en comparación con cerdos castrados quirúrgicamente. Para un cerdo típico criado con un peso de 115 kg, esto supone aproximadamente 28 kg de CO2, lo que equivale a las emisiones de un automóvil conducido durante 100 km.
Esto se deriva en parte de la reducción en el consumo de pienso y la menor producción de purines que se genera en aquellos cerdos en los que se emplea Improvac®, con respecto a los cerdos castrados físicamente. La alimentación y la producción de purines representan el 23 % y 41 %, respectivamente, de la huella de carbono total de la producción porcina.
De esta manera, a los beneficios sociales de Improvac®, derivados de preservar el bienestar animal y de ofrecer un producto de calidad al consumidor, se unen los beneficios medioambientales, al reducir la huella de carbono, y los beneficios económicos, ya que aumenta la eficiencia de la producción porcina.