Tecnificación y reducción de tratamientos en la producción porcina (I)
Ya están disponibles soluciones tecnológicas que ayudan a solventar el escollo del manejo de la alimentación en función de las necesidades de los cerdos.
La combinación que se produce entre lechones de madres hiperprolíficas con la entrada en vigor de la normativa que regula la utilización de antibióticos y oxido de Zn da como resultado un incremento de problemas digestivos en la etapa de transición con consecuencias negativas tanto en el crecimiento como en la mortalidad de los lechones.
Tras el destete y las primeras horas de estancia en la transición, los lechones están sometidos un alto nivel de estrés consecuencia de los cambios sociales, medioambientales y el paso de una dieta líquida a una sólida de forma abrupta.
La respuesta del lechón al estrés pasa por disminuir la ingesta voluntaria, lo cual provoca un acortamiento de las vellosidades intestinales y consecuentemente una disminución en la producción de enzimas digestivas y en la capacidad de absorción de nutrientes.
El acortamiento de las vellosidades intestinales también compromete la función de barrera de la mucosa, permitiendo fenómenos de translocación bacteriana así como la absorción de toxinas.
La pérdida de capacidad enzimática incrementa la cantidad de alimento sin digerir en el intestino, favoreciendo fenómenos de fermentación bacteriana e incrementando las patologías digestivas.
Desde el punto de vista inmunitario el lechón, en el momento del destete, todavía no es un individuo maduro. Durante la estancia en la transición van decreciendo los anticuerpos de origen calostral, mientras que en la mucosa intestinal van apareciendo, entre la cuarta y quinta semana de vida, las células secretoras de IgA e IgM.
Los cambios que se suceden alrededor del destete dan lugar a una respuesta fisiológica frente al estrés secretándose corticoides que interfieren en el desarrollo y establecimiento del sistema inmunitario.
Por lo tanto, cuanto más se reduzcan los estresores mejor será el desarrollo del sistema inmunitario de los lechones.
Consecuencia directa de la hiperprolificidad es el incremento del número de lechones que nacen con diferentes grados de inmadurez digestiva. Estos individuos, generalmente, pueden presentar déficit de encalostramiento, favoreciendo la formación de subpoblaciones inmunitariamente comprometidas susceptibles de contribuir a la replicación y diseminación de patógenos.
La evolución en los diseños de las transiciones, así como en el manejo de los lechones, ha ido buscando disminuir el impacto que el destete produce en los lechones.
En el campo nutricional se han realizado avances en el diseño de formulaciones, en la tecnología de fabricación y se han desarrollado técnicas como el creep-feed que han contribuido de manera notable a minimizar la anorexia postdestete.
Pero a pesar de todo ello, las patologías entéricas siguen presentándose y cobrando su tributo en bajas y retrasos de crecimiento, obligando a la prescripción de tratamientos terapéuticos.
Hasta el momento del destete los lechones están acostumbrados a realizar varias comidas al día precedidas de una llamada por parte de la madre. Una vez destetados tienen libre acceso al alimento, pero carecen de estímulo de llamada por lo que deben de realizar un aprendizaje tanto para conseguir alimento sólido como agua. Es en este punto donde se producen una buena parte de los errores de manejo, tanto en la presentación del alimento como en el acceso al mismo.
En las primeras horas de estancia en la transición el lechón tiene que ser estimulado a buscar agua y comida, siendo imprescindible para garantizar el equilibrio intestinal que realicen un consumo regular de pienso desde el momento del destete.
Ya están disponibles soluciones tecnológicas que ayudan a solventar el escollo del manejo de la alimentación.
SpotMix es un sistema que permite administrar el pienso en función de las necesidades de los animales, aplicando los criterios de distribución y reparto más adecuados a la edad y condición de los lechones.
El sistema se mueve con pienso seco impulsado por aire comprimido y en el momento de la distribución en las tolvas realiza una mezcla con agua de tal manera que a los animales se les presenta en forma de papilla.
El hecho de trabajar con pienso en seco facilita el manejo y evita fermentaciones y alteraciones que, en ocasiones, se producen cuando se utiliza alimentación liquida.
La presentación en forma de papilla favorece la ingesta desde el primer momento y aumenta el consumo diario.
La frecuencia de tomas y la cantidad de alimento suministrada en cada una están controladas por un ordenador conectado a unos sensores situados en los comederos que indican si hay restos de alimento o por el contrario el comedero está vacío.
La frecuencia con la que se realizan estas lecturas puede ser programada en cortos intervalos de tiempo garantizando así la disponibilidad continua de alimento.
La activación y funcionamiento del sistema emite un sonido característico que sirve como estímulo de llamada a los lechones consiguiendo así un comportamiento similar al que manifiestan en la maternidad para ir a mamar.
SpotMix permite realizar mezclas de varios tipos de pienso, así como añadir cualquier tipo de aditivo a un determinado corral o comedero antes de la mezcla con el agua.
El cambio de un tipo de pienso a otro se realiza de forma paulatina y a lo largo de varios días programando las cantidades que deben incorporarse a la mezcla final facilitando así la adaptación de los animales.
Otro de los estresores que condicionan el comportamiento de los lechones es el capítulo medioambiental. Los animales pasan de unas condiciones óptimas en las maternidades a un nuevo alojamiento donde temperatura y ventilación son distintas.
El diseño y equipamiento de la nave son determinantes para alcanzar el grado de confort adecuado. Equipos correctamente dimensionados y con sistemas de gestión electrónica facilitan el manejo de las variables de temperatura, humedad relativa, presencia de gases, etc.
Malos diseños de la transición nos conducen a lo que podemos denominar “naves enfermas”, aquellas en las que, de manera recurrente, los animales presentan problemas lote tras lote.
En estos casos, se impone una auditoria para evaluar tanto el diseño de las salas como los equipos instalados y su idoneidad para cumplir con las necesidades concretas de cada alojamiento.