Por estos motivos, la temperatura exterior en la que crecen los cerdos es tan importante y el sistema de calefacción cobra un valor básico para poder hacer compatible la supervivencia de los lechones con la producción porcina eficiente.
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La instalación de calefacción en una granja dependerá de las necesidades fisiológicas de los animales en cada una de sus fases productivas, así como de la rentabilidad económica de la misma
En producción porcina, dependiendo de la edad del cerdo y del clima exterior, la calefacción cobra una importancia vital, tanto para la producción intensiva como para la extensiva.
Cuando nace el lechón este lo hace húmedo, ya que se encuentra en el útero materno cubierto por el líquido amniótico en el que está flotando en la placenta, y a una temperatura de 37 ºC aproximadamente. Además, el lechón por el tipo de placenta de esta especie, nace sin reservas energéticas para poder mantener la temperatura corporal, y por tanto debe buscar la leche materna enseguida, ya que es por esa vía como regula la temperatura corporal.
Como pueden imaginarse un lechón recién nacido sin reservas corporales, mojado, acostumbrado a la temperatura corporal de la cerda y sin ningún abrigo, necesita de un aporte de calor externo para poder sobrevivir.
Si avanzamos en el crecimiento de los lechones, la temperatura sigue siendo clave para poder optimizar resultados y que los cerdos no enfermen si está por debajo de la temperatura de termo-neutralidad de los mismos.
Por estos motivos, la temperatura exterior en la que crecen los cerdos es tan importante y el sistema de calefacción cobra un valor básico para poder hacer compatible la supervivencia de los lechones con la producción porcina eficiente.
Obviamente, la decisión de instalar[registrados] calefacción en una instalación porcina no tiene nada que ver con el bienestar animal, sino con la eficiencia productiva. Los animales tienen una serie de necesidades ambientales que les aseguran la supervivencia, y pueden existir unas condiciones ambientales que mejoren su rendimiento productivo. Por tanto, la calefacción en una granja dependerá de las necesidades fisiológicas de los animales en cada una de sus fases productivas, así como de la rentabilidad económica.
En el ambiente de un animal intervienen factores térmicos, dietéticos, de manejo y sociales.
La sensación térmica que tiene el cerdo depende de la temperatura, de la humedad y del flujo del aire, y esto está directamente relacionado con el tamaño, el número de animales, el aislamiento de las instalaciones y la presencia o no de material de cama.
Alcanzar una temperatura ideal fija y constante para los cerdos en las explotaciones puede resultar difícil, por ello siempre se habla de Zona de Neutralidad Térmica, que es la gama de temperaturas ambiente en las que un cerdo puede mantener la temperatura normal del cuerpo a través del control de la pérdida de calor sensible. También la encontramos definida como el rango de temperatura en el que no varía la Tasa Metabólica Basal porque el animal mantiene la pérdida de calor constante, entendiendo como TMB la energía mínima necesaria para mantener al animal vivo.
Cuando consultamos tablas de neutralidad térmica, solemos encontrar dos valores. El valor inferior corresponde a la Temperatura crítica inferior (TCi), que es la temperatura mínima que permite el mayor crecimiento. Por debajo de ésta, el animal emplea energía en luchar contra el frío.
El valor superior corresponde a la Temperatura crítica superior (TCs), temperatura que permite el mayor crecimiento, y por encima de la cual el animal disminuye la ingesta de pienso.
A medida que el animal crece, la zona termoneutra es más amplia -el rango entre temperaturas es mayor-, es decir, el animal es capaz de soportar temperaturas más extremas.
Tabla 1: Guía de temperaturas de acuerdo al tipo de suelo (Muirhed y Alexander)
El comportamiento de los animales nos puede dar pistas de cómo se siente el animal, si tiene frío o calor.
Cuando los animales tienen calor:
En estos casos el ganadero puede disminuir la densidad de los animales, aumentar el flujo de aire (volumen y velocidad), mojar el suelo y a los animales.
Cuando los animales tienen frío:
En esta situación, el ganadero puede plantearse poner material de cama como la paja, mejorar el aislamiento de las instalaciones y evitar las corrientes de aire. Pero en el caso de los lechones lactantes y los recién destetados, dada su fragilidad y sus necesidades térmicas, deberá proporcionar con certeza calefacción adicional.
Existen en el mercado múltiples sistemas de calefacción por radiación. En un principio se usaron mucho las placas radiantes eléctricas con instalación de placas solares. Posteriormente se empezaron a utilizar las placas con serpentines de agua caliente en su interior, donde la fuente de producción de calor eran calderas de gasóleo.
En la actualidad, con la inestabilidad del mercado de los biocombustibles y su elevado precio, muchas explotaciones optan por la calefacción radiante con caldera de biomasa.[/registrados]
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